Este artículo se publicó hace 12 años.
Enfermedad de Chávez, la nueva obsesión de los venezolanos
Por Mario Naranjo
Por teléfono, en la fila del bancoo por internet, los venezolanos se debaten por conocer losúltimos rumores sobre la enfermedad del presidente Hugo Chávez,la nueva obsesión nacional que crece a medida que la informaciónoficial se encripta y las elecciones se aproximan.
Los tecnicismos médicos desplazaron de la agenda callejera apreocupaciones recurrentes como la inseguridad o la inflación yen cada esquina parecen florecer "expertos" en oncología quecitan con precisión dudosa los escasos detalles conocidos sobreel diagnóstico y los tratamientos del cáncer que padece el lídersocialista.
Chávez, de 57 años, aceptó la oferta de su mentor y aliadoFidel Castro y optó por tratar su dolencia bajo el estrictohermetismo que le garantiza Cuba, donde le extirparon dostumores, le aplicaron quimioterapia y dijo que se sometería aradioterapia.
La elección por operarse en la isla de Gobierno comunistahizo poco para aplacar la febril ola de versiones que recorreCaracas, al igual que la falta de precisiones sobre su dolencia,a diferencia de lo que hicieron sus aliados Cristina Fernándezen Argentina y el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula DaSilva, que mostraron partes médicos.
"Todos creen saberlo todo. Siempre después de que pasa algotodos son expertos en eso, ahora todos son médicos de cáncer¿cómo es que se llaman? ¡Ah!, oncólogos, verdad", comentóRodrigo González, un taxista de 38 años, en medio de una marañade autos, motos y bocinazos.
La enfermedad que aqueja al hombre fuerte de Venezuela, a laque Chávez se refiere con frecuentes alegorías sobre batallas ygestas militares, han sacado a la luz a un heterogéneo grupo demédicos y periodistas que se disputan la verdad sobre lo quepasa y alimentan el enrarecido ambiente político del país.
"La gente viene y habla de la salud, del diagnóstico, de quetiene un conocido que sabe la verdad sobre la salud de Chávez.Pero hay que manejar las cosas con cautela, no creer todo lo quese dice", confesó Gregorio Cabezas, vendedor de ropa en elcentro y quien dijo ser "chavista del alma, del corazón".
Sin embargo, cuando se le recordó que Chávez aseguró a finesdel 2011 que estaba curado del cáncer que se le detectó enjunio, solamente espetó: "Hay que escuchar al comandante, él ledice la verdad a la gente, le habla en su idioma".
Lo único que ha revelado el propio Chávez es que leextirparon en junio del 2011 un tumor cancerígeno del tamaño deuna pelota de béisbol en la zona pélvica y que en la misma áreafue operado la semana pasada para sacar otra pequeña lesióntambién maligna.
EPIDEMIA DE GURUS
Durante sus 13 años de Gobierno, el militar retirado hamonopolizado el tema de conversación en Venezuela.
A inicios de su mandato popularizó la palabra escuálidospara referirse a los críticos de su gestión y a finales del 2011puso en boca de todos el término majunche, esta vez paradescalificar a los candidatos que participaron en unaselecciones primarias de la oposición.
Y, a partir de su reciente recaída, tiene hablando a loscasi 29 millones de venezolanos como especialistas en medicina.
"Nadie pensó que se iba a formar tal alboroto con lacuestión", confesó en una entrevista televisada José Marquina,médico venezolano radicado en Miami que ha visto crecer su famaa raíz de que publicó en la red social Twitter algunos detallessobre la dolencia de Chávez.
Irónicamente, muchas personas le recomiendan a este médicointernista y confeso anticomunista pasar a cobrar su salario enel Ministerio de Comunicación por mantener informado al pueblovenezolano sobre la salud del líder.
Nelson Bocaranda, un periodista abiertamente opositor quemaneja una página de rumores en internet, es seguido ahora porun extenso público que va desde amas de casa hasta tenedores dedeuda venezolana.
Desde que se hizo pública la enfermedad de Chávez, su cuentade Twitter, donde probó sus fuentes con aciertos de altoimpacto, saltó de 100.000 seguidores a más de medio millón delectores.
Mientras sortea atascos con su taxi en las calles de lacapital venezolana, González intentó definir el clima en el queestá inmerso el país petrolero sudamericano a siete meses deunas elecciones presidenciales que prometen final de bandera:"La gente anda como nerviosa, exaltada", puntualizó.
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