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ENFOQUE-Trabajadores arriesgan daño pulmonar por manipular gemas

Reuters

Por Tan Ee Lyn

De pie, cerca de cajas de vidriollenas de diamantes, rubíes, zafiros y otras gemas que seexhiben en una feria internacional de joyería en Hong Kong, loscompradores discuten sobre lo que valoran más para pagar porpiedras preciosas.

"Calidad", respondía la mayoría de ellos sin pensarlo.

Los compradores quedan en blanco cuando les preguntan sihan oído alguna vez sobre la silicosis y si tienen una políticapara rechazar la compra de joyas provenientes de empresas queno protegen a sus trabajadores contra esta enfermedad.

"Disculpe, no sé nada sobre eso", dijo un experto en gemasen la feria, que reunió a 30.000 compradores a principios demarzo.

En la sureña provincia china de Guangdong, miles decortadores de piedras preciosas están muriendo de silicosis,una enfermedad pulmonar incurable provocada por inhalar polvosílice mientras taladran, cortan, muelen, trituran o rompentrozos de gemas.

"La mayoría muere entre los 40 y 50 años. Algunos inclusoantes, sólo unos cuantos años después del diagnóstico. Tambiénmueren de tuberculosis y ataques al corazón", afirmó ShekPingkwan, del grupo Labor Action Asia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de24.000 personas mueren cada año en China debido a esaenfermedad, que genera heridas en los pulmones y seriosproblemas respiratorios que finalmente provocan la muerte.

El número de casos de silicosis en el sur de China aumentótanto en los últimos ocho años que expertos en saludadvirtieron que la enfermedad estaba llegando a niveles deepidemia.

El Gobierno chino argumentó rápidamente que las grandescompañías de piedras preciosas debían pagar indemnizaciones porlos trabajadores fallecidos. Pero grupos de derechos humanosafirman que la situación no ha mejorado mucho porque lostrabajos con gemas han sido derivados a contratistas sinlicencia para evitar demandas legales.

Deng Winghong, de 37 años, trabajó como cortador de piedraspreciosas por 10 años antes de ser diagnosticado con silicosis.

"El ambiente era bastante malo donde trabajaba. Losgerentes no nos informaron sobre los daños y nos daban dosmáscaras al mes, del tipo más delgado", indicó Deng en laciudad de Huizhou en Guangdong.

"Había mucha gente en la habitación y estaba muy sucio.Había un ventilador, pero no hacía mucho efecto. Cerraban lasventanas porque nuestra fábrica estaba al lado del camino. Eldueño no quería que la suciedad llegara a la calle ycontaminara el aire, en caso de llamar la atención de lasautoridades", afirmó Deng.

GEMAS MORTALES

El sílice es un compuesto muy común que se encuentra en laarena y en varios tipos de rocas. Al taladrar o cortar laspiedras, se generan partículas pequeñas de polvo sílice y estasse depositan en los pulmones cuando no pueden ser eliminadas altoser.

Los pulmones se inflaman y arden. Los síntomas incluyen:tos seca, fatiga, pérdida de apetito, dificultad para respirary dolor en el pecho.

"He visto morir a dos amigos. Antes de que murieran, suscuerpos se hincharon y de pronto se secaron. Ellos estabanconectados a tanques de oxígeno y no podían caminar solos",dijo Deng, quien sufre de dificultad para respirar, fatiga ydolor en el pecho.

"Sé de más de una decena de colegas que ya ha muerto.Algunos murieron cuando tenían poco más de 20 años", agregó.

La silicosis prevalece más en países en vías de desarrollocomo China, India, Vietnam y Brasil, donde el trabajo esbarato, la gente está desesperada por un empleo y lasregulaciones de seguridad son flexibles.

"Hay una gran falta tanto de advertencia sobre el problemay su magnitud, como de conocimiento sobre solucionesdisponibles", asegura la OMS en su sitio en internet.

Trabajadores chinos aún cortan gemas sin máscaras pese alincremento de advertencias sobre la silicosis hechas por lasautoridades y grupos industriales, tales como la ConfederaciónMundial de Joyería, que pide por mejores estándares deseguridad para los empleados de piedras preciosas.

Desde que el Gobierno comenzó a exigir indemnizaciones porlos trabajadores fallecidos, los distribuidores consiguenpiedras preciosas cortadas por fábricas que trabajan de noche,dicen los empleados en China.

"Estas compañías son infernales. Tienen subcontratado eltrabajo más dañino a pequeñas fábricas para que ellas no tenganque preocuparse por compensaciones", dijo Su Mingguo, untrabajador que está muriendo de silicosis.

"Varias fábricas pequeñas no tienen licencia. Lostrabajadores no están protegidos por un seguro (...) Cuando seenferman y vuelven a la compañía, los jefes empacan y semudan", agregó Su Mingguo.

"Hubo un caso donde un jefe escapó y los trabajadores sequedaron con las piedras y algunas máquinas rotas, asícompartieron el dinero y terminaron con varios cientos deyuanes cada uno", afirmó Su Mingguo.

Algunas villas en Huizhou están completamente dedicadas alproceso de las piedras preciosas. En un hogar en una de ellas,un trabajador inmigrante de Sichuan y su esposa trabajan conmáquinas precarias que cortan gemas en pequeños cubos.

Aunque hay un ventilador en el cobertizo, el aire estálleno de polvo mientras su hija corre por el lugar.

"¿Preocupados por la enfermedad? Para nada. La pregunta essi tenemos alimentos para comer. Nadie piensa en tener laenfermedad", dijo Lu Jun, vecino y cortador de gemas.

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