Este artículo se publicó hace 15 años.
Enganchados a los concursos
¿Cuál es el secreto de que 'Saber y Ganar' y 'Pasapalabra' arrasen ante la audiencia?
Adivinar palabras, jugar con las letras para componer términos o escoger la respuesta acertada entre cuatro opciones semejantes es la mecánica de muchos concursos que logran perpetuarse en la parrilla. Pero ¿cuál es la clave de la longevidad de formatos como Saber y ganar, que se emite ininterrumpidamente en La 2 desde febrero de 1997?
Para Luis Miguel Pedrero, profesor de programación de radio y televisión en la Universidad Pontificia de Salamanca, el quid de la cuestión reside en que son productos que no alcanzan una "audiencia masiva, pero sí fiel". Pedrero señala que los espacios de preguntas y respuestas son "fáciles de comprender, si la mecánica está bien planteada", lo que permite que sean "asimilados en seguida y, por tanto, enganchen". En este sentido, considera que la cultura "sujeta muy bien a la audiencia", y pone como ejemplo el citado Saber y ganar.
"Este tipo de programas consiguen una audiencia fiel"Además de lograr la fidelidad de los telespectadores, otra característica de estos formatos, según Pedrero, es que son "muy dúctiles y propios de un modelo de televisión generalista y comercial que persigue fidelizar a ciertos públicos en bandas horarias que no son prime timee_SDRq. Además, desde el punto de vista económico, son tambien formatos que permiten "una producción muy rápida y barata" y se convierten en un "faro" que la cadena utiliza para arrastrar a la audiencia hacia los programas que se emiten después.
Concursos como Cifras y letras o Password recogen el testigo de referentes en el género como El tiempo es oro, presentado por Constantino Romero y emitido por TVE entre los años 1987 y 1992. Fue precisamente a principios de la década de los 90 del siglo pasado cuando España vivió el auge de "los concursos de cultura franquiciados", es decir, adaptaciones de títulos extranjeros, debido a la aparición de las cadenas privadas, que los necesitaban "para mantenerse", precisa Pedrero.
"Los concursos permiten una producción muy rápida y barata"Divulgación divertidaEn la actualidad, algunos ejemplos de estas adaptaciones son Quién quiere ser millonario o Pasapalabra, que recientemente ha alcanzado las 600 emisiones. Este último procede de un formato británico, que también se ha emitido en Italia, Francia, Reino Unido y Portugal, entre otros países. Según fuentes de Telecinco, gran parte de su éxito radica en su capacidad "para conjugar entretenimiento y divulgación, a través de divertidos desafíos que retan al espectador a poner a prueba su nivel léxico y le permiten de un modo lúdico adoptar a su vocabulario nuevos vocablos y acepciones".
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