Este artículo se publicó hace 15 años.
Entrenamiento reduce factores de riesgo de lesiones de rodilla
Las atletas tienen más riesgoque los atletas de sufrir lesiones graves en los ligamentos delas rodillas, pero un estudio pequeño sugiere que unentrenamiento bastante sencillo las ayudaría a reducirlo.
La lesión en cuestión afecta al ligamento anterior cruzado,o LAC. Los desgarros del LAC son habituales en ciertos deportesy son espacialmente peligrosos para las atletas, que tienencuatro a seis veces más riesgo de sufrirlos que los hombres querealizan el mismo deporte.
En el nuevo estudio, un equipo coreano halló que entre los22 jugadores de baloncesto de colegio secundario a los quesiguió, las mujeres que entrenaron durante ocho semanasmodificaron la habilidad para saltar de forma que pudieranreducir la probabilidad de sufrir un desgarro del LAC.
El equipo, dirigido por Bee-Oh Lim, de la UniversidadNacional de Seúl, publicó los resultados en American Journal ofSports Medicine.
El LAC es una banda resistente de tejido entre el hueso enel muslo y el del talón que permite estabilizar la articulaciónde la rodilla. Cuando se desgarra, a menudo se debe a unatorsión súbita y forzada, como al caer mal de un salto quedobla la rodilla.
Los atletas de deportes que demandan rotaciones rápidas osaltos, como el baloncesto, el fútbol y el vóley, son los queregistran las tasas más altas de lesiones del LAC.
Los expertos no están seguros de por qué las atletas sonmás vulnerables, pero el consenso general es que influyen lasdiferencias en la biomecánica.
A diferencia de los hombres, por ejemplo, las atletassuelen tener mayor desequilibrio en los cuádriceps y lostendones isquiotibiales, en la parte de adelante y de atrás delmuslo, respectivamente. Las mujeres tienen más fuerza en loscuádriceps y más flexibilidad en los isquiotibiales.
El estudio sugiere también que las atletas tenderían adoblar menos las rodillas y a tener una alineación articular notan estable al caer de un salto.
El equipo probó un programa de entrenamiento diseñado pararesolver esas diferencias.
Al azar, se dividió a 22 jugadoras de baloncesto en dosgrupos: uno, que agregó el entrenamiento especial a la prácticadeportiva habitual, y otro, que no lo hizo.
Las mujeres del primer grupo dedicaron los primeros 20minutos de la práctica a hacer ejercicios diseñados paramejorar la habilidad de salto y reforzar y estirar los músculosde las piernas y la cadera.
A las ocho semanas, esas participantes mejoraron elrendimiento en una prueba estandarizada de salto. Tuvierontambién una forma más equilibrada de activar los cuádriceps ylos isquiotibiales al saltar, según las mediciones conelectrodos sobre los músculos.
El equipo no estudió si todo eso se traduce en unadisminución de los desgarros del LAC. Pero otros estudiosdemostraron que los programas similares de entrenamientoreducirían ese riesgo.
Aun así, se desconoce cuánto tiempo los atletas tienen queentrenar para reducir el riesgo de sufrir una lesión de LAC,señaló el equipo. Las participantes entrenaron durante ochosemanas, pero algunos estudios habían sugerido que seis semanasserían suficientes.
FUENTE: American Journal of Sports Medicine, septiembre del2009
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