Olvidada la temporada 2009 y la guerra psicológica con Lance Armstrong: Alberto Contador brilló en las Ardenas, en la primavera de una temporada 2010 que le puede llevar a una tercera victoria en el Tour de Francia.

El bicampeón del Tour, que también cuenta con el Giro y la Vuelta en su palmarés, no pudo lograr la victoria el miércoles en la Flecha-Valona por muy poco.

El español de 27 años, lo intentará de nuevo el domingo en la Lieja-Bastogne-Lieja, con la ayuda de Alexandre Vinokourov, que llegará como refuerzo tras disputar el Giro del Trentino.

"Estoy aquí para aprender", explicó Contador a Reuters, al volver de una salida matinal en Maastricht, donde se detuvo con sus compañeros para tomar un chocolate caliente bajo el sol.

Dmitri Fofonov pinchó durante el camino de regreso por lo que el grupo llegó con algo de retraso a su hotel de Lieja, donde Contador, que pasó el año 2009 apretando los dientes, parecía muy relajado.

"Ayer me encontré bien, por lo que probé suerte. Intentaré hacer lo mismo el domingo", aseguró.

Así que Contador se encuentra en Bélgica, lejos del glamour del Tour. Al contrario que Lance Armstrong, que se centró en el Tour en sus años de predominio, el de Pinto sólo corre para ganar.

De la primera a la última carrera del año.

"Después, me alegra dejar la bici en el garaje y encontrarme con gente normal", sonrió.

AÚN NO ES EDDY MERCKX

Aunque ganase el domingo en Lieja, Contador cree que es descabellado una posible comparación con Eddy Merckx. Pero cambiaría de categoría.

No se quedó muy lejos el miércoles, para lo que habría sido su primera clásica tras su victoria en el Tour en 2007. Tras atacar a Igor Antón en la impresionante pendiente del Muro de Huy, el líder de Astana se quedó clavado a menos de 100 metros de la línea de meta y fue superado por Cadel Evans y Joaquim Rodríguez.

¿Por qué esta ambición en las clásicas, a pesar de que su talento y su ventaja respecto a sus rivales podría permitirle superar el récord de siete victorias en el Tour de Francia de Lance Armstrong?

"Cuando reanudo los entrenamientos a comienzo de la temporada, sólo tengo una cosa en la cabeza, la victoria. Necesito tener grandes objetivos", dijo.

Este año, ya ha ganado la Vuelta al Algarve, la París-Niza y la Vuelta a Castilla y León, no sólo por él, sino también por sus compañeros de equipo, que pasan el año pedaleando para su líder.

"Las victorias son buenas para mí, pero son excelentes para la moral del equipo", explica Contador, que vio partir a casi toda la plantilla de Astana del año pasado al RadioShack, el nuevo equipo de Armstrong.

"Un nuevo equipo y yo, con la incertidumbre sobre mi futuro, no tenía nada que ofrecer", reconoce.

Así que este año, no pierde una ocasión de agradecer a sus gregarios, que serán los que sufrirán en las carreteras del Tour, el gran objetivo de la temporada.

"Si puedo ganar carreras por el camino, mejor, pero no puedo sacrificar el Tour", recuerda.

Tras la Lieja-Bastogne-Lieja, Contador va a descansar por los alrededores, rodando por el pavés que tendrá que superar en la primera semana del Tour.

"Voy a hacer un pequeño reconocimiento", explica. "Volveré seguramente para reconocer el recorrido desde la salida en Rotterdam".