Este artículo se publicó hace 16 años.
Un equipo arqueológico español descubre la tumba intacta de un arquero egipcio del año 1500 a.C.
El equipo dirigido por el arqueólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) José Manuel Galán ha descubierto la tumba intacta de un arquero de alto rango del imperio egipcio que tiene 4.000 años de antigüedad, informó hoy el CSIC.
El ataúd, que ha sido encontrado bajo dos grandes arcos y tres bastones largos, lleva inscrito el nombre del difunto en escritura jeroglífica, (Iqer, 'el excelente') y contiene el cuerpo momificado del guerrero.
El hallazgo se enmarca en la séptima campaña del Proyecto Djehuty, cuyos integrantes investigan las tumbas de Djehuty y de Hery, localizadas en la orilla oeste de Luxor (Egipto), en la necrópolis Dra Abu el-Naga.
Djehuty y Hery fueron dos altos dignatarios de la corte de Hatshepsut, una de las pocas mujeres en la historia del antiguo Egipto que ejerció de faraón, en torno al año 1500 antes de Cristo, explica el comunicado del CSIC.
Junto a la cabecera del ataúd se ha encontrado también una vasija de cerámica y cinco flechas clavadas en la tierra que conservan -la mayoría de ellas- las plumas en el extremo trasero, junto a la zona donde se encaja la cuerda del arco.
El director del proyecto, el investigador del CSIC José Manuel Galán, ha calificado el descubrimiento de hallazgo "único y sorprendente" porque muy pocas veces los arqueólogos tienen la fortuna de descubrir un enterramiento intacto tan antiguo.
Habitualmente, explica, las tumbas que se encuentran han sido visitadas por la familia del difunto, "para recuperar las joyas y los objetos de valor", o por saqueadores profesionales del siglo XIX, que provocaban "grandes daños".
"El arquero Iqer, enterrado con sus arcos y flechas, documenta estos años de conflicto y refleja una sociedad compleja, guerrera, a la vez que sofisticada, cultivada, intelectual y religiosa", según Galán.
La importancia del hallazgo radica en que la dinastía XI es un periodo de la historia de Egipto que se conoce muy poco, ya que en ese momento se produjo una guerra civil, que precedió a la unificación política del Alto y Bajo Egipto bajo un sólo monarca, Montuhotep.
El ataúd del guerrero contiene una banda de inscripción jeroglífica, que lo recorre de un lado a otro.
"Los signos jeroglíficos están pintados de colores, con un estilo algo primitivo, incluso infantil y naif. La lechuza que representa el sonido /m/ nos pareció encantadora y las serpientes, que tienen el valor fonético /f/, fueron dibujadas con una simpática sonrisa".
El grupo de investigadores, formado por 15 personas, está integrado por egiptólogos, arqueólogos, restauradores, arquitectos, fotógrafos y dibujantes de distintas partes del mundo.
El hallazgo más destacado del egiptólogo del CSIC en anteriores campañas fue "La tabla del aprendiz", el primer retrato frontal conocido de un faraón del antiguo Egipto, que actualmente está expuesta en una de las salas del Museo de Luxor.
Los arqueólogos también encontraron dos cámaras funerarias ubicadas en un pozo de enterramiento, con gran parte del ajuar funerario de un noble y su mujer de más de 3.400 años de antigüedad, y un pequeño papiro con un breve texto de carácter mágico que los egipcios del año 1000 a. C. llevaban como amuleto dentro de un estuche colgado al cuello.
Asimismo, el año pasado, el equipo dirigido por el investigador del CSIC encontró 43 ramos de flores secas atados con cuerdas y formados en su mayoría por ramas de olivo y persea, que son los restos de olivo más antiguos recuperados hasta la fecha, con 3.500 años.
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