Este artículo se publicó hace 15 años.
El equipo del pueblo echa raíces en el paraíso
"No son el mejor equipo de México, ni mucho menos", dice Dos Santos
Quién iba a decirle a Refugio Martínez, un chamaco apodado El Vaquero que allá por 1916 formó junto a su hermano Trinidad un equipo de fútbol con un grupo de andrajosos muchachos de barrio de La Nopalera (Querétaro, México), que un día los prietitos (como se conocía por el tono oscuro de su piel a los futbolistas del Sinaola, primer nombre del Atlante) le disputarían al Barcelona un puesto en la final de un Mundial de clubes.
Tampoco darían crédito los Martínez a quien les contase que ese equipo de rudos chavales de barrio tremendamente identificado con la gente obrera del pueblo acabaría trasladándose en 2007, por voluntad de su propietario Alejandro Burillo al estilo de las franquicias del deporte profesional norteamericano, al paradisiaco Cancún.
El Atlante siempre fue el equipo de la gente obrera, de los chamacos de barrio
"Un lugar muy caluroso y húmedo donde te toca jugar a las doce del mediodía a 45 grados de temperatura", bromea el centrocampista argentino del Atlante, Santiago Solari, que llegó al club norteamericano a mediados de año.
"No son el mejor equipo de México, ni mucho menos", sentencia el joven canterano del Barcelona Jonathan dos Santos, nacido en Monterrey pero criado futbolísticamente en La Masia, donde llegó a los 11 años. "Yo soy hincha de América y, aunque no sigo con mucho detalle el fútbol de mi país, hay que tener en cuenta que la final del campeonato la han disputado Cruz Azul (que acabó campeón) y Monterrey", añade Jonathan, el único futbolista del Barça Atlètic que, junto con el portero Rubén Miño, ha viajado con el primer equipo hasta Abu Dhabi. "Conozco al Atlante pero poco, porque no sigo mucho la Liga mexicana", apunta, como Jonathan, Rafa Márquez. Una coincidencia que invita a cuestionar el potencial del rival de hoy del Barcelona.
La falta de público en sus partidos propició su marcha de DF a Cancún
De turquesa, como el marEl Atlante llegó al Mundial de clubes tras conquistar la Liga de Campeones de la CONCACAF (Confederación de Norteamérica, Centroamérica y la Asociación de Fútbol del Caribe). El conjunto mexicano derrotó en la final del torneo al también azteca Cruz Azul (2-0 en el global de la final).
Ya en Abu Dhabi, el equipo que dirige José Cruz acérrimo defensor del lavolpismo y apodado El Profe porque, tras colgar las botas, y antes de sentarse en un banquillo, se dedicó a la docencia ha alcanzado las semifinales del torneo tras superar al Auckland City de Nueva Zelanda (3-0).
"Representar a México en este Mundial de Clubes es el evento más importante de la historia de la entidad", revela Solari. "Contra el Auckland nos quitamos la presión", añade y advierte Daniel Arreola, uno de los jugadores oriundos de Cancún del Atlante.
Hoy, el conjunto mexicano no vestirá su habitual camiseta azulgrana, los colores que eligieron los hermanos Martínez en su día para un uniforme que consiguieron a cambio de una vaca. Atlante irá de turquesa, como las playas del paraíso.
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