Este artículo se publicó hace 16 años.
Eric Hazan: "La derecha ha acabado con la crítica"
El autor de la 'La insurrección que viene' y director de la editorial la Fabrique encabeza el apoyo a a los post-situacionistas
Alberto Pradilla
¿Cómo le llegó el manuscrito?
Los autores vinieron a verme para decirme que querían publicarlo pero mantenerse anónimos, bajo el nombre Comité invisible. No es para escapar a la ley. Es por razones filosóficas: reniegan del ego, del estrellato, de la condición de autor, incluso, en el plano financiero. No quieren cobrar derechos de autor, no quieren dinero por el libro y por la difusión de su obra.
Cómo editor, ¿por qué lo publicó? ¿Qué le interesó en el manuscrito de La insurrección que viene?
Actualmente la palabra "crítica" está en desuso, especialmente, la crítica social. Todos los temas clásicos de la crítica, como el fetichismo de la mercancía, la avalancha de imágenes o la destrucción del planeta, han sido metabolizados por la derecha para crear el nuevo pensamiento dominante. Tome el ejemplo de la ecología: se ha convertido en el nuevo opio del pueblo. Es el sustrato de la nueva industria, floreciente. Frente a esa decadencia, La insurrección que viene vuelve a poner de pie la crítica social, le devuelve su perfil acerado y, además, lo hace con una escritura brillante. En lugar de resignarse a una época monstruosa en la que no podríamos más que quedarnos brazos cruzados, el Comité invisible nos dice: "Reflexionemos un poco", y danpistas de acción.
¿Un manual revolucionario?
No, no es ni el manual revolucionario ni el breviario anarquista que muchos medios franceses han querido ver. Son pistas para la reflexión y la acción. La mayoría de la prensa francesa cayó en el error de retomar a pies juntillas el discurso de la ministra de Interior, Michèle Alliot-Marie.
Pero hoy, las filtraciones de la policía y el relato de la prensa hegemónica establecen un vínculo entre las acciones de sabotaje de la red ferroviaria y el Comité invisible y Tiqqun. ¿Quién manipula a quién?
Es un aspecto curioso. Al principio, la prensa francesa retomó el discurso de la ministra sobre las supuestas pruebas de que los detenidos eran culpables de los sabotajes. Ahora, todo el mundo empieza a darse cuenta de que era un enorme montaje mediático-policíaco, para inventar un enemigo interior. Las supuestas pruebas no existen. Y la prensa empieza a encontrar un discurso más conveniente. Hasta Le Monde publicó el jueves el manifiesto No al orden nuevo, de 30 intelectuales. Exigimos que se acabe ya esa aplicación de la legislación antiterrorista a todo el mundo.
¿Se vende bien el libro?
Desde que estalló el escándalo, sí. Muy bien. Van a acabar acusándome de haber montado una campaña publicitaria buena. Tan buena, que en su casting tenía hasta a la ministra de Interior.
Si los autores no querían dinero, ¿quién se queda con los beneficios?
El contrato estipula que, si hay beneficios y los habrá, cobrarán en ejemplares gratuitos de su propia obra.
Así que apoyándose en la hegemonía del pensamiento dominante, logra la difusión de ideas de una radicalidad total. ¿Cree que garantiza el pluralismo?
Sí, algo así es lo que está pasando.
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