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Errani: "Mi problema es que no creía demasiado que podía ganar a las mejores"

EFE

La italiana Sara Errani, que se ha convertido en la revelación de Roland Garros al clasificarse tanto para la final de individual como para la de dobles, aseguró hoy que su principal problema es que hasta ahora no se veía con posibilidades de derrotar a las mejores jugadores del mundo.

"Mi problema es que no creía demasiado en que podía ganar a las mejores", comentó la italiana, de 25 años, tras eliminar en semifinales a la australiana Samantha Stosur (6) por 7-5, 1-6 y 6-3.

Antes había doblegado en la tierra batida de París a jugadoras de la talla de Svetlana Kuznetsova, ganadora de Roland Garros en 2009, o Ana Ivanovic, vencedora en 2008.

"Todos los partidos han sido difíciles, quizá la primera ronda fue la que más", cuando se impuso en tres sets contra la australiana Casey Dellacqua.

Con su exitosa aventura en París, Errari logrará mejorar su actual puesto número 23 en el ránking de la WTA hasta meterse entre las diez mejores del mundo.

"No me siento una 'top-ten'. Pero lo soy y se hace raro", agregó la italiana, que aún no termina de creerse lo que ha logrado y reivindicó el papel de su entrenador, el español Pablo Lozano, que le ha adjudicado el apodo de "chiqui" (por chiquitita), que ella prefiere italianizar como "cichi".

"Es increíble para mí, no lo esperaba y aquí estoy", añadió Errari, que insistió a lo largo de toda la conferencia de prensa en que intenta olvidar que está jugando las rondas finales de Roland Garros para concentrarse en su tenis.

"Solo pienso en jugar. Estar en la cancha mejor que la adversaria, sin pensar en lo que estoy haciendo (...). En los momentos cruciales estaba muy nerviosa pero a la vez muy centrada. Pensaba en lo que tenía que hacer y en nada más ni en dónde estaba. Estaba más concentrada que en otros momentos, pensando en poner la bola donde quería ponerla", comentó Errani.

El próximo sábado será el tercer año consecutivo con una italiana en la final individual de Roland Garros, después de que en 2010 Francesca Schiavone se proclamara campeona frente a Stosur y en 2011 la misma Schiavone perdiera contra la china Na Li.

La italiana, que juega con una raqueta unos centímetros más larga que las normales para compensar su corta envergadura y lograr más potencia en el golpe, se enfrenta ahora a un doble reto con el que podría inscribir su nombre en la historia del tenis.

Desde el año 2000, cuando la francesa Mary Pierce se apuntó el título de individual frente a Conchita Martínez y el de dobles, con Martina Hingis, contra la española Virginia Ruano y la argentina Paola Suárez.

"No me siento cambiada. Intento siempre dar el máximo y espero continuar por este camino", concluyó Errani.

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