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El escritor Julio Llamazares dice que las catedrales son como las cajas negras de las ciudades

EFE

El escritor Julio Llamazares se encuentra inmerso en la elaboración de la segunda parte de "Las rosas de piedra", una obra laboriosa que prevé que sea lenta y que constituirá un recorrido por las catedrales del sur de España, a las que considera como "las cajas negras de las ciudades".

En su residencia de verano en La Mata de la Bérbula, dentro del municipio leonés de Valdepiélago, Llamazares ha detallado en una entrevista con Efe que en este segundo volumen del libro continuará deshojando poco a poco el espíritu de las ciudades a través de sus catedrales, las cuales considera "su corazón".

A su juicio, son "como grandes hojaldres" que siempre están ubicadas en un lugar emblemático de la ciudad, donde antes hubo "una iglesia románica, a veces una visigoda o una mezquita".

Llamazares, que publicó el año pasado su primer tomo, ha asegurado que la segunda parte le llevará "algo de tiempo".

Ha confesado que en este momento se encuentra escribiendo sobre la catedral de Coria, en la provincia de Cáceres, tras cruzar la frontera de Salamanca por Ciudad Rodrigo.

Sobre esta temática, la idea inicial del autor, según ha revelado, era escribir sólo un libro, pero después de seiscientas páginas decidió fragmentar sus aventuras y publicar la primera parte.

Al margen de su voluntad viajera y literaria, Julio Llamazares se encuentra escribiendo una novela que parte de la noche de San Lorenzo (12 de agosto), en la que un padre y un hijo reflexionan sobre el paso del tiempo mientras observan la lluvia de estrellas.

Esta novela completará su amplia obra literaria en la que cabe narrativa, poesía, ensayo, guiones cinematográficos, antologías y literatura de viajes, aunque ha dicho que lo que más le gusta es el reportaje y el género de opinión, ya que "es un privilegio poder decir lo que piensas".

En este contexto, ha destacado que es consciente de que ha hecho siempre un periodismo "de privilegio", ya que es otra forma de literatura donde "hay mucho componente de subjetividad".

"A mí me gusta contar y eso te lo cuento igual en los libros que en los periódicos", ha dicho el escritor.

Aunque se considera escritor, Llamazares ha reconocido que evitará siempre definirse como tal "porque existe cierto desprestigio social" y en su caso considera que escribir "es una actitud ante la vida".

Tras licenciarse en Derecho en la Universidad de Oviedo, Llamazares abandonó León a sus 25 años con "La lentitud de los bueyes" bajo el brazo, su primer libro de poesía -que escribió en 1978- para dirigirse a Madrid, donde trabajó y colaboró con múltiples medios de comunicación en prensa escrita, revistas, radio y televisión.

A pesar de llegar a la capital sin la intención de dedicarse al periodismo, lo cierto es que su vocación era la de ser escritor.

"De pequeño me castigaban por escribir, por perder el tiempo escribiendo", ha recordado con ironía.

Y es que con 12 ó 13 años, Llamazares redactó su primera novela del oeste y, posteriormente, su obra "Luna de Lobos" -escrita en 1985- bebería de este género narrativo que le apasionaba de pequeño.

Tras una larga trayectoria profesional dedicada a la máquina de escribir (antes) y al teclado de su ordenador (pasados unos años), hoy ha confesado entre el humo de su cigarrillos en su casa leonesa de la Mata de la Bérbula, que la mayor parte de los libros los ha escrito "paseando al perro por la calle".

Apasionado por los viajes, Llamazares ha criticado que en España "no damos la importancia que tiene el paisaje" y ha señalado que "existe cierto desprecio de lo público".

Por ello, con "Las rosas de piedra", el escritor pretende rescatar en un viaje al pasado los edificios que han sobrevivido al tiempo "como representaciones de la ciudad de Dios en la Tierra", tal y como afirma en el preámbulo de su obra.

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