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La escritora chilena Carla Guelfenbein presenta en España su última novela

EFE

La autora chilena Carla Guelfenbein narra en su última novela, "El resto es silencio", una historia de incomunicación a tres voces, un padre, su hijo y su segunda esposa, sin juicios de valor y dejando que sean los personajes los que guíen el relato.

"Yo no tengo idea de lo que va a ocurrir con las historias", aseguró la escritora a Efe en Madrid, donde está presentando el libro, que gira en torno a Tommy, un niño de doce años de gran sensibilidad que padece una enfermedad del corazón y que intenta descubrir las razones que llevaron a su madre al suicidio.

Su relato en primera persona se entremezcla con el de su padre, Juan, un cirujano de éxito que trata a toda costa de proteger a su hijo, incluso ocultándole la verdad, y el de la segunda esposa de éste, Alma, quien se debate entre vivir una pasión con un antiguo amor o salvar la familia que tanto le ha costado crear.

"Lo que prima es la mirada de cada instante desde dentro de cada personaje y que, después, invisiblemente, se vayan uniendo los hilos de la historia", explicó la autora, quien, como Virginia Woolf, asegura que "sale corriendo detrás de los personajes" cuando aparecen y que son estos los que la muestran el camino.

"Todo el desenlace, que tiene aspectos tristes, para mí fue una sorpresa inmensa", afirmó.

Tanto es así que la autora, que se leyó más de cien veces la novela durante los dos años que duró la fase de corrección, asegura que la última parte del libro está menos corregida, ya que, por pena, cuando llegaba a ella siempre la dejaba para más adelante.

Amante de las historias en las que todo encaja, que son "como un pequeño puzzle", la escritora va engarzando los relatos de Tommy, Alma y Juan, recurriendo a "una distinción muy sutil en términos del lenguaje", pero marcando la continuidad en la prosa, convencida además de que "todos tenemos los tres personajes dentro": el hombre, la mujer y el niño.

Y todo ello sin hacer "juicios sobre los personajes", porque lo que quiere es mostrarlos "humanos, con sus debilidades y sus cosas positivas".

Elegir el título le costó "muchísimo". "El resto es silencio" son las palabras con las que termina Hamlet, pero Guelfenbein asegura que, aunque había leído la obra de Shakespeare, lo había olvidado y no fue hasta casi el final de la fase de corrección cuando se dio cuenta de que la frase estaba en el texto y era el título perfecto.

Tras explorar el universo femenino en su primera novela, "El revés del alma", y adoptar una perspectiva masculina en la segunda, "La mujer de mi vida", Guelfenbein da "un paso más" en "El resto es silencio" para contar la historia desde la mirada de un niño.

Un trabajo que le resultó "muy difícil", ya que quería ser fiel en todo momento al punto de vista del niño, y a ratos "muy doloroso", ya que le supuso recordar "momentos de la infancia que estaban borrados".

Para describir ese universo infantil pronto descubrió que no le bastaban las palabras, así que recurrió al lenguaje visual, una fusión que le interesa mucho y que quiere seguir explorando en su próxima novela, una historia de amor ambientada en el Chile entre 1971 y 1973.

Y también contó con la ayuda de su hija, de 15 años, que le escribió los mensajes de "bullying" que aparecen en la novela.

Guelfenbein, que tras España emprenderá una gira por Latinoamérica para presentar la novela, está "muy contenta" porque una editorial británica ha comprado los derechos del libro.

"Va a ser mi primera traducción en inglés. Estoy muy orgullosa, porque es muy difícil. Sólo el 0,001 por ciento de las novelas escritas en habla hispana son traducidas. Se traduce a Vargas Llosa, Isabel Allende y unos cuantos más. En Chile, en este minuto, no hay nadie que lo estén traduciendo", añadió.

Emilia Pérez

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