Este artículo se publicó hace 16 años.
La escritora nicaragüense Gioconda Belli gana el premio Biblioteca Breve
La poetisa y escritora nicaragüense Gioconda Belli ha ganado hoy el premio Biblioteca Breve, que convoca Seix Barral, con la obra "El infinito en la palma de la mano", una historia en la que poesía y misterio se mezclan para fabular sobre cómo fue la vida de Adán y Eva en el paraíso.
El jurado, integrado por José Manuel Caballero Bonald, Luis Mateo Díez, Pere Gimferrer, Rosa Montero y Elena Ramírez, ha acordado por unanimidad otorgar el premio, dotado con 30.000 euros, a una novela de la que resaltan su "singular enfoque, su capacidad evocadora y su recreación antropológica del mito de los orígenes".
Nacida en Managua y autora de una obra poética de reconocido prestigio internacional, Belli, que reside entre su país y Estados Unidos, ha dicho hoy sentir una alegría "de esas cristalinas, que sólo tiene uno en la infancia" por un premio que, como narradora, es la primera vez que obtiene en lengua castellana.
Tomando como título un verso de William White, la autora centroamericana arma un relato, que ha calificado como una "suerte de triple salto sin red", en el que indaga sobre el mito fundacional del paraíso y todo lo que oculta.
De la mano, en ocasiones, de los evangelios apócrifos, no incorporados a la Biblia, Belli se adentra en el laberinto del Génesis y descubre que mucho de lo que se ha escrito a lo largo de los siglos es "extremadamente contradictorio y misterioso".
Adán, Eva -el personaje con el que más se identifica Gioconda y quien le dio el "hilo plateado" para salir del laberinto-, pero, especialmente, la serpiente que merodea por el jardín infinito, son los principales protagonistas de esta fábula, que su creadora quiere dedicar a todas las víctimas de la guerra de Irak.
Ha reconocido, por otra parte, que lo que más le costó a la hora de enfrentarse a la narración fue la voz de los personajes, porque "debía respetar la antigüedad, la magia, lo misterioso y lo inexplicable de la historia en sí, con una pareja inocente, curiosa hasta que un día ella, con su mordisco a la manzana, da inicio al tiempo, a la realidad, a las amenazas, al frío o al hambre, pero también a la libertad".
Aunque no es religiosa, Gioconda Belli cree que el paraíso es una aspiración que persigue la humanidad desde siempre, mientras que la novela "es una puesta en escena de esa primera relación entre hombre y mujer que, tras descubrir que han sido condenados a muerte, ven que sólo reproduciéndose tendrán algún remedo de inmortalidad".
Aseverando que uno de los credos de su vida es que hay que arriesgarse, también es de las que defiende que hay que "escribir sin doblegar la pluma".
Todos los miembros del jurado han coincidido en que "El infinito en la palma de la mano" es una obra que atrapa, que llama la atención por la calidad de su escritura y con un final, según Rosa Montero, "que no tiene truco, de una coherencia espectacular, que sale de muy adentro de la novela y que resulta novedoso, magnífico".
Gioconda Belli, que se ha impuesto a los 497 manuscritos presentados, obtuvo su primer premio en el año 1974 con la obra poética "Sobre la Grama", a la que siguieron "Línea de fuego", en 1978, o "Mi íntima multitud", en el año 2003.
Su primera novela, "La mujer habitada", de 1988, ha sido traducida a once idiomas, con gran éxito en Italia y Alemania, país donde ha superado el millón de lectores en veinticinco ediciones y ha obtenido el premio de los Bibliotecarios, Editores y Libreros a la Novela Política de 1989.
También es autora de "El país bajo mi piel", de 2001, unas memorias en las que evoca el periodo sandinista nicaragüense.
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