Este artículo se publicó hace 17 años.
La escuela italiana de porteros flaquea, Brasil el más presente de los foráneos
La siempre tan alabada "escuela italiana de porteros", que a lo largo del tiempo ha producido grandes guardametas, está sin duda flaqueando, como evidencia que el 36 por ciento de los que están en la actual Primera división del "calcio" son extranjeros, con mayoría de brasileños (seis).
Italia siempre se ha jactado de tener la mejor escuela de porteros del mundo, con nombres tan ilustres como los Giovanni De Prá, Aldo Olivieri, Enrico Albertosi, Franco Tancredi, Dino Zoff (el que más veces ha sido internacional de los metas), Giovanni Galli, Walter Zenga, Gianluca Pagliuca, Angelo Peruzzi y el ahora considerado por casi todos el mejor del mundo: Gianluigi Buffon.
Pero si se echa un simple vistazo por las plantillas de los veinte clubes de la máxima categoría italiana de fútbol, un dato llama especialmente la atención: veintidós de los sesenta presentes (tres por club) son foráneos, lo que representa un 36 por ciento.
Este dato lleva a la siguiente conclusión: la escuela transalpina "hace aguas", pese contar con Buffon (Juventus Turín). Y pese a exportar fuera de sus fronteras, como acontece con Christian Abbiati (Atlético de Madrid), Sorrentino (Recreativo Huelva) o Morgan De Sanctis (Sevilla).
De los veintidós metas extranjeros de la Serie A, la palma se la lleva Brasil, con seis: Alexander Doni y Julio Sergio Bertagnoli (Roma), Nelson Dida (Milán), Julio César (Inter de Milán), Rubinho (Génova) y Saulo Squarsone (Udinese).
De ellos, cuatro son titulares indiscutibles de su equipo: Doni, Dida, Julio César y Rubinho; es decir, los tres grandes favoritos a la lucha por el ansiado "scudetto" (Roma, Inter y Milán) están al cuidado de manos brasileñas.
Junto a los ya reseñados seis brasileños, en el "calcio" están representados otros trece países: Australia (Kalac, Milán; Vanstrattan, Juventus Turín), Eslovenia (Handanovic, Udinese; Koprivec, Cagliari) y Serbia (Novakovic, Reggina; Avramov, Empoli), con dos.
Y Albania (Ujkani, Palermo), Argentina (Bizarri, Catania), Austria (Manninger, Siena), Ecuador (Lanza, Génova), Francia (Frey, Fiorentina), Finlandia (Jaakkola, Siena), Grecia (Eleftheropulos, Siena), Perú (Forsyth, Atalanta), República Checa (Petr, Parma) y Uruguay (Muslera, Lazio), con uno.
Destaca, por lo inusual en el fútbol italiano, las presencias de los representantes australianos, albanés, peruano y ecuatoriano.
De los veintidós, sólo siete son habituales en lo que se lleva de temporada: Frey, Rubinho, Julio César, Dida, Doni, Eleftheropulos, Handanovic; y comparte el puesto Muslera, al que los graves errores del partido contra el Milán (1-5) del pasado domingo le puede costar una mayor estancia en el banquillo.
Es especialmente curioso comprobar como sólo cinco clubes de la Serie A no tienen porteros extranjeros: Empoli, Livorno, Nápoles, Sampdoria, Torino. Y, en cambio, como en el Siena todos sus guardametas son extranjeros.
Pero lo llamativo es el caso de Brasil, cuna de jugadores de talento, magia, espectáculo y jugadas de ensueño; y donde hasta ahora ser guardameta casi siempre había sido algo "anormal" y no deseado por lo millones de niños que en sus calles y playas empiezan a dar sus primeros pasos futbolísticos, con el sueño de llegar a ser, antes, Pelé o Didi y, ahora, Ronaldinho o Ronaldo.
La portería era el puesto, en teoría, reservado al menos dotado con el balón en los píes o del invitado para llenar un hueco que nadie quería. Como en Europa, cuando al niño con menor talento se le pone preferentemente a arbitrar y, en ocasiones, también en el arco.
Pocos, por ejemplo, recuerdan a notables porteros brasileños del pasado, pero si se saben de carrerilla un elevado número de jugadores de campo estrellas que han llevado a Brasil o lo más alto del panorama futbolístico.
Porteros brasileños, por aquello de la cercanía, en Europa son recordados por ejemplo, Emerson Leao o Claudio Taffarel; el segundo con un buen pasado europeo (Parma y Galatasaray), con tres mundiales a cuestas (1990, 94 y 98) y mejor guardameta que el primero, al que muchos recuerdan más por aquello de haber sido denominado "mister piernas bonitas" que por haber estado presente en cuatro mundiales (1970 como reserva, y 1974, 78 y 86).
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