El artista valenciano Miquel Navarro leerá esta tarde su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes, a la que llega para ocupar la vacante existente en la sección de Escultura.

Escultor, pintor y grabador, Miquel Navarro es uno de los principales referentes de los artes contemporáneos valenciano y español, y su obra tiene una amplia proyección tanto dentro como fuera de España.

Su contribución a la renovación del lenguaje escultórico y la repercusión internacional de su obra le fueron reconocidos con el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1986 y, el año pasado, con el premio Julio González de la Generalitat Valenciana.

Nacido en 1945 en Mislata (Valencia), se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y comenzó a esculpir a finales de los años sesenta.

Desde inicios de los setenta se centró en la elaboración de paisajes escultóricos, instalaciones y montajes de pequeños elementos variables que forman paisajes urbanos y rompen los límites entre la escultura y la arquitectura.

En 1984 dio a conocer "Ciudades", donde mezcló escalas y elementos dispares, y en 1989 llevó esa temática al Gran Palais de París.

Ese año expuso en el Palacio de Cristal de Madrid su "Minerva paranoica", una figura de veinte toneladas en hierro fundido que representa a la diosa griega también exhibida en el Instituto Valenciano de Arte Moderno de Valencia (IVAM) en 1990, dentro de una retrospectiva que incluyó "Las ciudades".

Para Valencia había realizado antes dos obras monumentales: en 1984 una fuente en la Plaza de la ciudad conocida como "La pantera rosa" y otra gran pieza ubicada en la localidad de Turis.

Una constante de Navarro ha sido tratar de comunicar su idea de "ciudad" a través de un estilo artístico estructurado por volúmenes y espacios concebidos desde la unión entre la más pura escultura y la arquitectura, o de la pareja formada por la plástica y la cerámica. Le interesan las instalaciones y los montajes, a modo de paisaje escultórico.