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Las esculturas de Juan Muñoz "respiran" en el Museo Guggenheim de Bilbao

EFE

Las esculturas de Juan Muñoz "respiran" en el museo Guggenheim Bilbao, en unos espacios "que él adoraba" y en los que la teatralidad de su obra encaja perfectamente, en opinión de Carmen Giménez, especialista en la obra del escultor madrileño.

Aunque Sheena Wagstaff, curator jefe de la Tate Modern de Londres donde se ha exhibido con anterioridad, es la comisaria de la exposición, Carmen Giménez en estrecha colaboración con la escultora Cristina Iglesias, viuda de Juan Muñoz, ha sido la encargada del montaje en Bilbao.

La muestra tiene cambios significativos respecto a la organizada en Londres. Con menos dibujos, se exhiben nueve obras diferentes, algunas mostradas en muy pocas ocasiones como "Descarrilamiento" (Derailment, 2000-2001), una de las últimas obras de Muñoz que por sus dimensiones no pudo verse en Londres.

Ya en la escalera de acceso al museo, la obra "Trece riéndose los unos de los otros" despierta la atención de los visitantes. "Me gusta ver como la gente se fotografía en esta pieza, se suben, la tocan. Está hecha para eso, adquiere vida", comentó Cristina Iglesias, muy satisfecha con la exhibición del Guggenheim. "La exposición en la Tate era más académica, más de tesis. Aquí se ha trabajado con el espacio, es más teatral, que es lo que le gustaba a Juan".

En el pasillo de la segunda planta se ha situado la parte didáctica, en un espacio en que "los visitantes se pueden sentar y escuchar las obras sonoras, mientras que grandes paneles ilustran sobre las inspiraciones del escultor en artistas como Giotto, Velázquez, Degas o Pirandello.

A continuación, una de las obras más emblemáticas de Muñoz, "Many Times" (Muchas veces), compuesta por cien esculturas de poliester y resina dispuestas en grupos, "adquiere una nueva dimensión en el Guggenheim".

La gran sala en la que ha sido instalada "permite pasear entre las figuras, que se engrandecen con el espacio" y los altos techos a través de los que penetra la luz natural "hacen que la instalación respire. La luz de día ilumina y crea sombras dando vida a las esculturas. Es un espacio fantástico para Juan", señaló Giménez, emocionada con el resultado de la exposición.

"En la Tate la luz es muy mala y la disposición es de sala tras sala, mientras que aquí se van estableciendo relaciones".

Una de estas relaciones es la que se crea entre el gran conjunto escultórico "La materia del tiempo" de Richard Serra y la obra "Stuttering Piece" (Pieza tartamudeante), formada por dos pequeñas esculturas sentadas que mantienen una conversación insustancial.

"Existe un cariño y un respeto entre los dos artistas y por ello he querido que dialogaran", comentó Giménez, especialista en la obra de Serra. "Él fue quien me presentó a Juan Muñoz. Entonces decía que no quería ser artista, que quería ser 'curator'. Juan quería hacer muchas cosas, pero por encima de todo era un artista, un generador de ideas constante".

La distribución de los espacios del Guggenheim "permite hacer un montaje muy teatral, como sus piezas", comentó Giménez que en uno de estos espacios ha reunido por primera vez los conjuntos "Escena de conversación" de 1994 y de 1996.

Tanto Carmen Giménez como Cristina Iglesias y Juan Ignacio Vidarte, director del museo, lamentaron que no haya sido posible traer la instalación "Double bind" creada por Juan Muñoz para la Sala de Turbinas de la Tate y que, debido a sus grandes dimensiones, no ha vuelto a poder exhibirse.

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