Este artículo se publicó hace 16 años.
España hizo realidad el sueño de las semifinales tras superar a Italia
El equipo español, con Anabel Medina (n.1) y Nuria Llagostera (n.2) al frente, rompió todos los pronósticos y, derrotando a domicilio a Italia (2-3), hizo realidad el sueño de pasar a las semifinales de la Copa Federación, consiguiéndolo además con solvencia.
Muy pocos creían en el "milagro" español en Nápoles; y, por supuesto, ninguno en que la clasificación iba a llegar ya tras los tres primeros encuentros, con un neto 3-0. Pero llegó, y de una forma notable, merecida e incluso cómoda.
Los números son un claro ejemplo de lo acontecido durante los tres primeros partidos, los que importaron: España sólo cedió un set (el segundo en el Llagostera-Francesco Schiavone), concedió únicamente veinticuatro juegos a Italia por los cuarenta obtenidos, y sufrió solamente seis roturas del propio servicio.
Ello ante un equipo transalpino, con el dúo formado por Francesca Schiavone (n.1) y Flavia Pennetta (n.2), que es el vigente subcampeón de la competición y que hace dos años se hizo con este trofeo.
Pero este fin de semana en el "Palavesuvio" de Ponticelli (afueras de Nápoles), Anabel Medina y Nuria Llagostera fueron muy superiores a una rivales con mejores posiciones en la actual clasificación WTA.
Las italianas no jugaron a su nivel, y pueden hacerlo mucho mejor; pero no lo es menos que España jugó a un nivel altísimo, consciente de la gran dificultad pero concentradas e ilusionadas en el "milagro"; y ello también contribuyo a hacer menores a las "azzurri".
Lo hizo España iniciando el sábado con la sorpresa del triunfo de Llagostera ante una Schiavone ubicada ciento trece posiciones antes en el escalafón mundial (23 la española, 136 la española). Pero sobre la pista no sólo no existió tal descomunal diferencia sino que, incluso, era la mallorquina quien parecía estar mucho mejor clasificada.
Llagostera, en un larguísimo partido que se prolongó durante tres horas y treinta y dos minutos (incluidos los cincuenta de parón por una gotera en el techo), se impuso a Schiavone por 7-6 (4), 3-6 y 6-2. Daba el primer punto a España, sorprendía a todos y encauzaba del lado español una eliminatoria que se daba por seguro en favor de Italia, y máxime tras la ausencia de última hora de Virginia Ruano por un grave problema familiar.
El triunfo de Llagostera ante la número uno italiana dio mucha más tranquilidad a Anabel Medina, que ante una de sus "bestias negras" como es Pennetta (la italiana la había ganado hace dos años en Zaragoza, en las semifinales de esta competición, con segundo set en que la endosó un contundente 6-0), se dio todo un paseo.
Anabel evidenció su gran momento de forma y arrolló a Pennetta por un 6-2 y 6-3, en apenas ochenta y un minuto de partido, que es un guarismo que incluso premia a la italiana, pues sobre la pista resultó más inferior.
España se ponía al término de la primera jornada con un imprevisto, pero justo 2-0, y no lanzaba las campanas al vuelo. Faltaba el tercer punto, el que se dice resulta más difícil de conseguir y que debía llegar en una segunda jornada donde se enfrentaban entre si las dos números uno y las dos números dos; además de jugarse el doble final.
El día apareció soleado en Nápoles y con los "sabios" del periodismo italiano escribiendo y afirmando que Italia remontaría y ganaría este domingo por un 3-2. Decían y escribían que a las italianas las pudo el sábado la presión de ser favoritas y jugar en casa, pero que el domingo sin esta las cosas cambiarían. Desde luego no atinaron.
Lo dejó claro inmediatamente Anabel Medina, que saltó con la misma concentración con que ayer lo hizo. La valenciana con la profundidad de sus golpes no dio opción a Schiavone, a la que ya había ganado en los dos precedentes enfrentamientos entre ambas (el primero en la Copa Federación de Zaragoza 2006).
Anabel hizo suyo el primer juego del partido, sobre servicio del rival, y sólo se complicó las cosas en el octavo juego al ceder el suyo y llegar la igualada en el marcador. Pero su reacción fue terrible: se apuntó ocho de los nueve siguientes juegos.
Con ello, Anabel Medina se adjudicó el primer set por 6-4 y, el segundo, y el partido, con 6-1. El tercer punto, el del pase, estaba conseguido, y España estaba en las semifinales, dejando en la cuneta al gran favorito de la eliminatoria.
Todo un éxito para el tenis femenino español; todo un fracaso para el italiano y ya llegan las críticas sobre su seleccionador Corrado Barazzutti por la elección de una pista lenta para ser al cubierto, máxime cuando además las bolas "dunlop" con las que se ha jugado la hacían aún más lenta.
Lo contrario para el seleccionador Miguel Margets, uno de los que antes de la eliminatoria, con cierta humildad, reconocía el favoritismo del combinado italia pero, al mismo tiempo, veía posible el "sueño" ya que, según reconoció a EFE, veía a las jugadoras españolas "muy motivadas, ilusionadas y trabajando de forma excelente".
"No hemos venido para hacer turismo, estamos aquí para jugar, dar el máximo, lucha e intentar ganar. No nos damos por derrotados", dijo entonces Margets a EFE; y lo cumplió.
Ya con la eliminatoria sentencia por 3-0, se pasó al trámite de cerrar la competición con el último individual y el dobles, donde ambos seleccionadores pusieron a sus hasta entonces reservas.
Ambos intrascendentes encuentros acabaron en favor de Italia, con el triunfo de la debutante Sara Errani sobre Lourdes Domínguez, por 5-7, 6-4 y 6-0; y de la pareja Tathiana Garbin-Sara Errani ante la integrada por Nuria Llagostera y una Cara Suárez que se estrenaba en Copa Federación, por 6-4 y 6-3.
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