Este artículo se publicó hace 13 años.
España logra del mercado los 180.000 millones que pedía
Alcanza el objetivo de todo el año tras una subasta en la que adjudicó 6.000 millones, el doble de lo previsto
El complicado 2011 se termina. España ha recorrido un campo minado pero ayer alcanzó el objetivo de emisión de deuda fijado. Ha esquivado momentos de alta tensión, aprovechado ventanas y caído en las garras de un mercado enloquecido que ha llegado a pedirle rentabilidades de antes del euro. Pararse era impensable, por mucho que las primas de riesgo (diferencia entre lo que le cuesta a España financiarse y lo que le cuesta a Alemania) incitasen al pánico. Hacían falta cerca de 190.000 millones de euros para devolver el dinero de los títulos que vencían este año (unos 100.000 millones de euros) y además pagar los gastos públicos que no se logran cubrir con impuestos (déficit).
Con la legislatura tocando a su fin, el Tesoro echó ayer el resto. A pesar de que se había fijado un objetivo de 3.500 millones para la subasta de títulos a cinco y diez años, colocó más de 6.000 millones. La demanda fue de 11.214 millones, más que triplicando el máximo previsto, así es que, según algunos analistas, se optó por aprovechar.
El tipo de interés exigido baja hasta el 5,56%, un 20,6% menos
Otras fuentes del mercado se hicieron eco de un rumor que apuntaba a que una gran entidad financiera española habría pactado quedarse con buena parte de la emisión. Esto explicaría además la menor rentabilidad exigida. Por los títulos a diez años se aceptó un interés máximo del 5,56%, frente al 7,08% de la última subasta a este plazo, celebrada el pasado 17 de noviembre.
Antes del estallido de la crisis griega, antes de aquel 10 de mayo en que España se señaló como país rescatable y empezó a tratarse como tal en los mercados (sin que pudiesen evitarlo ni recortes ni reformas), el interés que se pedía por el bono a diez años se movía entre el 3% y el 4%.
La banca, entonces y ahora, ha podido acudir a las subastas con un dinero que había obtenido al 1% (como mucho el 1,5%) en la barra de liquidez del Banco Central Europeo (BCE). Este se niega a permitir que los Estados acudan a dicha barra, lo que los condena a pagar los precios que imponen los inversores privados. La banca no ha dudado en vender deuda antigua en el mercado secundario (compraventa) en los días previos a las subastas, lo que incrementaba la rentabilidad exigida, para luego acudir por títulos más rentables por el exceso de oferta provocado. Ha sido el circuito del dinero bancario este año, en el que el grifo del crédito no sólo no se abrió sino que se secó aún más a partir del segundo semestre.
Los bancos dejan un 58% menos capital en el BCE tras las medidas de Draghi
Según fuentes del sector financiero, "las entidades, como no se fían de prestarse dinero entre sí, lo depositan en el BCE a la espera de que lleguen sus propios vencimientos" de deuda y son "los picos de liquidez los que se utilizan para comprar". Las entidades "españolas no han seguido esa práctica", según dichas fuentes, "por el temor a que el BCE cerrase la barra libre en algún momento y se viesen atrapadas con plazos más largos de títulos comprados que los que tenían para devolver el dinero", informa Virginia Zafra.
La desconfianza de la banca ha provocado las cifras récord en los depósitos que aparcan diariamente en el BCE, que llegaron a alcanzar los 346.000 millones el pasado lunes. Esta semana han entrado en vigor las nuevas medidas de la autoridad monetaria que, junto a enormes facilidades para que la banca tenga liquidez, ha decidido reducir al 0,25% (mínimo histórico) el interés que les da por sus depósitos, a ver si de este modo logra que pongan a circular el dinero hacia la economía real. Algo parece haber funcionado. El martes se depositaban 140.300 millones (un 58% menos). El miércoles volvía a repuntar (197.000 millones) pero aún muy lejos de las cifras alcanzadas.
Y llega 2012La zona del euro necesita refinanciar 1,2 billones de deuda en 2012
Pero si 2011 fue duro para lograr financiación, el próximo ejercicio promete máxima tensión. Los países de la zona del euro tienen que refinanciar 1,25 billones, a los que habrá que sumar lo que se necesite para cubrir déficits públicos. Italia, en el ojo del huracán, es el que necesita refinanciar la cifra más alta: 326.760 millones, el 20,95% de su PIB.
"Veo muy mal a Italia", comentó ayer José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. "Van a tener muchos problemas para colocar esa cantidad. Ahora ellos son el evento (el país que puede arrastrar al euro con su caída), como lo fue España en 2010". Otra cosa es que a España, que necesita refinanciar 145.771 millones y captar otros 40.000 millones para financiar déficit, le vayan a seguir pasando factura, mientras Alemania sigue financiándose a tasas incluso negativas por haberse convertido en la deuda refugio emitida en euros.
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