Este artículo se publicó hace 15 años.
España mide su recuperación ante un rival de enjundia
Turquía y España miden fuerzas en el partido inicial del grupo F de la segunda fase del campeonato de Europa en Lodz, un encuentro que servirá al campeón de mundo para calibrar su recuperación ante un rival que es el único que tiene dos victorias en su casillero.
Turquía, de la mano de su entrenador Bogdan Tanjevic, se ha presentado en Lodz siendo el único equipo invicto del grupo y con la sensación de que es uno de los equipos más en forma del torneo.
Apoyados en el ya ex barcelonista Ersan Ilyasova y en Hidayet Türkoglu como verdaderas piedras angulares del equipo, Turquía ha olvidado antiguos egoísmos individuales que lastraban su rendimiento y se ha convertido en un temible rival para cualquier equipo.
Con los apoyos de otro viejo conocido de los aficionados españoles, ex madridista Kerem Tunceri, y de Ender Arslan y Omer Asik. Turquía está rindiendo más como equipo que con la suma teórica de sus jugadores, mérito del técnico.
España, por su parte, viene de atrás, después de la derrota inicial ante Serbia, hacia delante, como ha declarado Sergio Scariolo, pero con un desarrollo que está siendo lastrado por los problemas físicos del equipo.
Ayer no hubo entrenamiento al estar hasta nueve jugadores "tocados" y aunque mañana todos, o casi todos, estarán a las órdenes de Scariolo, habrá que ver si el rendimiento del equipo se ve afectado.
Jorge Garbajosa sigue siendo duda y no será hasta el último momento cuando se decida si puede jugar algunos minutos, dependiendo también de la marcha del partido y de las necesidades del equipo.
Con Pau Gasol mejorando partido a partido y con una disposición en cancha completamente diferente a la de los partidos de preparación, con dos pívots y tres exteriores, España ha mejorado en cuanto a prestaciones, aunque con lagunas en los momentos finales que a punto estuvieron de costarle la victoria tanto ante Gran Bretaña como ante Eslovenia.
Turquía, otro claro aspirante a subirse al podio, será pues un excelente nivel para calibrar la recuperación de un equipo español que ya ha dejado atrás el lastre de ser el favorito unánime y que ha decidido ponerse el mono de trabajo para intentar superar las adversidades físicas que está sufriendo.
La selección ha superado esa teórica y casi unánime suficiencia y está intentado jugar serio, haciendo lo que sabe hacer bien e intentando apretar los dientes en defensa cuando llegan los malos momentos. Esta puesta en acción ha ayudado al equipo a sentirse más protegido y cómodo y a recuperar la moral.
España necesita ganar para no complicarse en la primera oportunidad sus opciones de clasificarse para los cuartos de final, dada la igualdad entre todos los equipos. Además, Turquía estará en la lucha por las medallas y conviene dejar claro las aspiraciones de cada uno.
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