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España pierde el tren chino para salir de la crisis

Las economías de Alemania, Francia y Japón se recuperan por el país asiático, al que apenas llegan productos españoles

B. CARREÑO

En el arranque de la crisis, hace ya algo más de dos años, todos los ojos se pusieron sobre la economía estadounidense no sólo como desencadenante de la recesión, sino también como país que más iba a sufrir las consecuencias de la debacle financiera. 'Afortunadamente, el 70% de las exportaciones españolas van a la Unión Europea, así que España está a resguardo', aseguraron entonces varias voces cercanas al Gobierno y también algún que otro experto.

La evolución de la crisis no ha dado la razón a estas predicciones. Aunque Europa no ha sido el origen, ha terminado registrando en muchos casos datos aún peores que los estadounidenses y saldrá a la vez o un poco después de la recesión. A la postre también se ha visto que la escasa diversificación del sector exportador español y, sobre todo, su pequeñísima cuota en países del continente asiático ha resultado ser su una rémora. Mientras Alemania, Japón y Francia, economías eminentemente exportadoras, han logrado tasas positivas de crecimiento en el segundo trimestre, España no crecerá hasta los últimos meses del año.

La razón que dan los expertos para esta diferencia de tempo entre los ritmos de recuperación de los distintos países es el tirón que los países asiáticos han ejercido sobre los países exportadores. El economista de Analistas Financieros Internacionales (AFI) Álvaro Lisson destaca como el comportamiento del consumo de China ha sido muy bueno, lo que ha activado los sectores exportadores de Alemania y Japón.

Este efecto se ha sumado a otro fenómeno causado por la repentina caída de la demanda que se había registrado en meses anteriores: las fábricas dejaron de producir (lo que conllevó una caída drástica del Índice de Producción Industrial) y trataron de satisfacer los nuevos pedidos con el stock del almacén ante la incertidumbre de la marcha de los pedidos. 'La caída de la demanda no hasido tan grave como se preveía, lo que ha acelerado la reactivación', dice David Martínez Turégano, economista del Servicio de Estudios de Caixa Catalunya. Los inventarios de las factorías comenzaron a agotarse hace semanas, lo que,coincidiendo con el repunte de la demanda de los países asiáticos, ha activado la producción industrial de nuevo.

Sin embargo, el efecto sobre el sector exterior en los países más desarrollados aún no se ha traducido en un fortalecimiento de su demanda interna. Aunque no será hasta finales de esta semana cuando se conozcan detalles de la evolución económica en el segundo trimestre de Alemania, todo apunta a que, como en el caso de Francia y Japón, la demanda exterior ha sido el factor que ha levantado la economía, mientras el consumo interno de estos países continúa muy bajo.

Y es, precisamente, de este consumo, del que realizan los alemanes y los franceses, de lo que se nutre el sector exportador español y por ende su sector industrial. Si la demanda interior no tira los expertos no prevén cambios en los próximos meses por la subida del paro y la exterior tampoco, hay pocas posibilidades de salir en el corto plazo de la crisis, tal y como afirman estos expertos. Hasta que los países de destino de las exportaciones españolas no remonten, no lo hará parte de la producción industrial.

En un caso similar se encuentra EEUU que aunque es uno de los primeros exportadores a China, no consiguió remontar el vuelo en el segundo trimestre del año. Todo apunta a que lo hará durante estos meses de verano, pero el propio Economista Jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, reconocía en un artículo reciente que también necesitará la ayuda de China para salir de forma sostenible de la crisis.

'Cuando el plan de estímulo fiscal termine y si el consumo privado interno sigue bajo, entonces, las exportaciones de EEUU tienen que crecer', recuerda Blanchard. 'Una reducción en el superávit de la balanza comercial de China ayudaría a aumentar la demanda y sostener la recuperación de Estados Unidos', añade el máximo responsable de economía del FMI que sentencia: 'Eso llevaría a más importaciones estadounidenses lo que ayudaría a una recuperación sostenida a nivel mundial'.

Martínez Turégano asume que pese a los nuevos datos positivos, la recuperación en Alemania y Francia y también en Estados Unidos será muy lenta. 'Se seguirá destruyendo empleo y eso puede suponer un peligro para los bancos debido al repunte de la morosidad', advierte este experto. Hay quién habla también de una posible segunda vuelta de crisis financiera como consecuencia de la morosidad.

Por su parte, Lisson advierte de otro peligro que acecha la recuperación, la posible 'dilución' de los efectos de los planes de estímulo una vez que finalicen. 'Si no mejora la restricción del crédito, se corre ese riesgo', afirma.

Aún más pesimista, Javier Díaz-Giménez, profesor de Economía de la Escuela de Negocios del IESE asegura que no ve 'razones para el optimismo'. Díaz-Giménez recuerda que, aunque los datos intertrimestrales han sido positivos, las tasas interanuales siguen siendo negativas y los niveles aún no se han recuperado. 'Es un poco pronto para hablar de una recuperación', advierte. Así, este economista recuerda que a la coyuntura económica internacional, España añade dos características propias: la crisis de la vivienda y la dependencia del turismo. 'El turismo tiene una elasticidad muy alta, lo que quiere decir que la gente se priva rápidamente de gastar en vacaciones', algo que puede haber sucedido con los turistas europeos. Díaz-Giménez siente que la política económica 'no está colaborando a cambiar el clima'.

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