Este artículo se publicó hace 15 años.
España reconoce la posibilidad de comenzar su Presidencia sin el Tratado de Lisboa
El Gobierno español confía en que el Tribunal Constitucional de la República Checa respalde cuanto antes el Tratado de Lisboa para que entre en vigor sin tardanza, pero reconoce la posibilidad de que la presidencia española de la UE comience sin que ese texto esté en vigor el 1 de enero de 2010.
El secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, en un encuentro con medios de comunicación, se ha mostrado convencido de que el Tratado de Lisboa entrará en vigor durante el primer semestre del año próximo aunque haya retrasos, y de que España será la encargada de aplicarlo.
Según sus cálculos, el Tribunal Constitucional checo resolverá en unas tres semanas si admite a trámite el recurso presentado la semana pasada por varios senadores conservadores y, en caso de que decidiera abordar el fondo del asunto, dispondrá de tres a seis meses para dictar una resolución.
López Garrido no tiene duda de que ese tribunal avalará el Tratado de Lisboa y de que no agotará los plazos porque sabe que su decisión "corre prisa".
Ha confiado además en que el presidente checo, Vaclav Klaus, firmará el Tratado en cuanto el Constitucional se pronuncie, con lo que será durante el semestre de la presidencia española cuando el texto deberá comenzar a aplicarse.
La entrada en vigor del nuevo Tratado supondrá elegir a un presidente estable de la UE para dos años y medio y a un Alto Representante para la Política Exterior, que se convertirá en vicepresidente de la Comisión Europea.
Para López Garrido, lo más urgente, no obstante, es iniciar los trámites para contar con una nueva Comisión Europea antes de que acabe el año.
El secretario de Estado informó de que los preparativos de la presidencia continuarán esta semana en Madrid con una reunión en la que participarán los embajadores españoles en los países miembros de la UE.
El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene previsto recibirlos el miércoles por la tarde y el jueves comenzarán las sesiones de trabajo con la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, y el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
Según López Garrido, el objetivo es exponer a los embajadores los objetivos políticos del semestre español para trabajar "de forma engrasada", ya que son una "pieza esencial" y la vía de comunicación natural con los otros 26 países miembros.
Los trabajos preparatorios del semestre, durante el que se celebrarán alrededor de 2.600 reuniones en Bruselas y unas 300 en Madrid, están ya en "velocidad de crucero", agregó.
El secretario de estado rehusó desvelar la agenda de las principales reuniones porque todavía se trabaja con borradores, pero avanzó que la cumbre con América Latina se celebrará en Madrid, mientras que la de la Unión por el Mediterráneo tendrá lugar en Barcelona.
Cantabria, región del norte de España, acogerá la cumbre entre la UE y México.
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