Este artículo se publicó hace 15 años.
Los españoles ven la inmigración como un problema y suspenden al Gobierno
La mayoría de los españoles perciben la inmigración más como un problema que como una oportunidad, creen que hay demasiados extranjeros -aunque tienen la percepción de que hay el doble de los que recogen las estadísticas- y suspenden al Gobierno en la gestión de este fenómeno.
Son datos de la encuesta anual "Transatlantic Trends Immigration", llevada a cabo por la German Marshall Fund de EEUU en colaboración con la Fundación BBVA y otras europeas, que analiza la opinión respecto a la inmigración tras entrevistar -en septiembre de 2009- a 8.000 ciudadanos de EEUU, Canadá, Alemania, España, Francia, Italia, Reino Unido y Países Bajos.
En todos los países se sitúa a la economía como el principal asunto al que se tienen que enfrentar los Estados, se cree que la inmigración es más un problema que una oportunidad (Europa, 51%; España, 58%; EEUU, 54%), aunque consideran que los inmigrantes no quitan trabajo a los nacionales (67% en Europa, 61% en España y 53% en EEUU), sino que ocupan puestos que ellos no desempeñarían.
También coinciden en que los inmigrantes legales que viene al país a trabajar deberían tener la oportunidad de quedarse permanentemente (España 68%, Europa 66% y EEUU 70%) y que se benefician más de los servicios de salud y seguridad social de lo que contribuyen en impuestos (España 73%, Europa 62%, EEUU 65%).
A los españoles encuestados les preocupa sobre todo la inmigración ilegal (71 por ciento) y proponen como la medida más eficaz para reducirla aumentar la ayuda al desarrollo de los países pobres (51%), reforzar el control fronterizo (21%) e imponer penas más duras a quienes dan trabajo a extranjeros en situación irregular (11%).
Además, casi la mitad de los ciudadanos españoles exigirían que se vuelvan a sus países (48%), mientras que un porcentaje un poco inferior (45%) cree que se les debería dar la oportunidad de legalizar su situación.
Respecto a estos asuntos, existe división de opiniones entre los encuestados, aunque en Francia y Alemania predomina la posición de permitirles su legalización y en el Reino Unido e Italia se decantan por exigir su regreso.
La encuesta refleja que existe una visión diferenciada de la inmigración legal de la ilegal, ya que de la primera genera poca preocupación y hay consenso en que se les debería garantizar derechos sociales y de participación política, mientras que respecto a la segunda se le atribuye un impacto negativo en los servicios sociales y en la seguridad.
La mayoría de los españoles opina que la inmigración enriquece la cultura (61%) y siete de cada diez encuestados españoles opinan que el pago de cursos de idiomas no es responsabilidad del Gobierno.
Los hombres, jóvenes, con mayor nivel de estudios y quienes se autodefinen de izquierda, tienen una visión menos crítica del fenómeno inmigratorio.
El Gobierno español obtiene un suspenso en la gestión de este fenómeno (el 64 por ciento cree que está haciendo muy mal o mal su trabajo). La valoración más favorable se la lleva Alemania (el 71% cree que su Ejecutivo hace un buen trabajo), seguida de Canadá (59) y Países bajos (53).
El director de Programas de Política de German Marshall Fund, Thomas Kleine-Brockhff, ha explicado que por primera vez España se ha incorporado a esta encuesta y ha reconocido que le han sorprendido los datos porque pensaba que el impacto de la crisis iba a incidir en una percepción más negativa de la inmigración.
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