"Espero que el 15-M influya en las conciencias"

Se unió a la acampada de la plaza de San Juan de Teruel siguiendo la estela de un cambio a través de la "conciencia social". Acampó algunas noches, participó en asambleas e incluso se animó a ir hasta Madrid para asistir a un encuentro de indignados de más de 50 ciudades españolas. La respuesta de la gente a las prohibiciones de la Junta Electoral sobre las concentraciones durante la jornada de reflexión le reafirmaron en su convicción de que aquello tenía sentido.

A pesar de considerarse un tipo "con inquietudes", el 15-M supuso para él su bautizo en lo que a participación social se refiere. Ahora le ha picado el gusanillo revolucionario y no descarta -"tal vez algún día"- animarse a participar en alguna asociación de tipo sindical o político. Del movimiento espera que "influya en la conciencia de cada uno", pero es consciente de que su futuro depende de cómo sigan las cosas en el país. "Si se siguen recortando derechos, la gente dirá basta, independientemente de que algunos medios intenten apagar la llama", sostiene.

Cuando el espíritu del 15-M, desde la Puerta del Sol, comenzó a expandirse a decenas de pueblos y ciudades, vio con sorpresa la gran aceptación que tuvo en Teruel, una ciudad con poca tradición asociativa. Un par de meses después lamenta que algunos se hayan tomado al movimiento como "otra protesta pancartista de los rojos de siempre".