Este artículo se publicó hace 15 años.
"Este golpe entusiasma a la derecha"
Fernando Fuentes Mohr es asesor principal del presidente de Guatemala, pero vive con preocupación el golpe de estado en Honduras
La violencia irracional le puso en la misma senda del presidente de Guatemala, Álvaro Colom. La extrema derecha asesinó en los años 70 a dos de sus familiares por desarrollar políticas socialdemócratas que hacían peligrar los privilegios oligárquicos. Pero su mirada está en la vecina Honduras y el desazón es máximo.
¿Cuál es la posición de Guatemala?
Clara y contundente: rechazamos cualquier ruptura de la estabilidad. Para Guatemala es muy peligroso que se debilite la institucionalidad en los países de la región. Nuestra preocupación es absoluta.
Con la información que posee, ¿podrá normalizarse la situación en Honduras?
Nosotros sólo consideramos que el presidente de Honduras es Manuel Zelaya. Sólo le reconocemos a él. Otra cosa es el tiempo que tarde en normalizarse. Esperamos la restitución inmediata del presidente legítimo de Honduras.
¿Por qué se produce esta asonada?
Por las características del Ejército hondureño que, creo, aun tiene en sus filas a bastantes de aquellos resabios que trajeron tantos muerte al continente. También me parece preocupante que el organismo judicial de Honduras asuma papeles que no le corresponden, por ejemplo, el de inmiscuirse en temas políticos. Me parece inadmisible que la Corte de Justicia haya validado la legalidad de un golpe de estado que revierte el poder legal.
¿Y el apoyo unánime a los golpistas por parte del Congreso de Honduras?
Es otro elemento alarmante. Resulta irracional que el congreso legitime de inmediato el golpe y, además, tenga preparado el nombre del sucesor. Y aun más preocupante es que haya diputados del mismo partido de Mel Zelaya, que quien sabe con qué intereses, voten a favor de esta ilegalidad. Hay muchas preguntas que esperan respuestas.
¿Por qué cree que se organizó el golpe contra Zelaya?
Los golpistas dicen que fue para evitar que el presidente pudiera optar a una reelección. Pero es un pretexto débil. En el fondo hay clases sociales que temen una evolución más democrática y popular del país, hacia Hugo Chávez. Los sectores más reaccionarios que existen en América Latina ven que este camino complica su panorama. Es el mismo miedo que existía en Guatemala cuando fue elegido Álvaro Colom.
¿Temen que los sucesos hondureños puedan extenderse a su país?
No tanto como algunos creen. Seguramente ha generado entusiasmo en grupúsculos de derecha del país pero el Ejército guatemalteco se está profesionalizando para sustituir a los militares del pasado. También el apoyo electoral de Álvaro Colom, mayoritariamente campesino e indígena, es mayor que el de Zelaya.
Pero su presidente, también ha sufrido intentos de desestabilización como fue la aparición de un video donde se le incrimina en el asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg.
Este montaje fue parte de un proceso conspirativo contra el presidente organizado por grupos empresariales y de extrema derecha.
¿Por qué fracasa?
Por dos motivos. Uno fue la perseverancia del presidente en su inocencia. Luego hubo una movilización de más de 100.000 campesinos e indígenas a favor de Colom que resultó determinante.
¿Qué papel jugó la prensa?
Al principio fue muy inconsciente al avalar la renuncia del presidente. Algunos medios están controlados por esos empresarios que conspiraron para realizar un golpe técnico en Guatemala.
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