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La estrategia de comprar empresas en apuros

Veintisiete años después de que el Gobierno de González decidiera expropiar Rumasa, los Ruiz Mateos ya tienen un nuevo imperio

ANA REQUENA

Veintisiete años después de que el Gobierno de Felipe González decidiera expropiar Rumasa, la familia Ruiz Mateos ya tiene un nuevo imperio. Más de 100 empresas y 10.000 empleados que, sin embargo, no alcanzan ni de lejos la envergadura de lo que fue Rumasa. El grupo familiar llegó a tener 700 empresas con una plantilla de 65.000 trabajadores y una facturación de 350.000 millones de pesetas (2.103 millones de euros).

La familia dijo que el dinero para las adquisiciones vino de 'gente afín'

El sector de la alimentación es ahora el foco de las actividades del grupo. Dhul, Trapa, Elgorriaga, Apis, Tranchettes y Garvey son algunas de sus marcas. Pero la estrategia no parece haber variado: comprar y comprar empresas. Especialmente, aquellas que están en dificultades, a las que reflotan sin necesidad de hacer fuertes desembolsos económicos. Es el caso Clesa, uno de sus emblemas actuales. En 2001, el grupo italiano Parmalat se hizo con la empresa española, pero la grave crisis financiera que atravesó el conglomerado hizo que Clesa se quedara desamparada. A su rescate fue la familia Ruiz Mateos, que la compró en 2007.

¿De dónde han sacado el dinero para las adquisiciones? Hace unos años, la familia declaró en un medio de comunicación que se lo prestó 'gente afín'.

En los últimos tiempos, Nueva Rumasa ha mostrado públicamente y en varias ocasiones su interés por el grupo de alimentación SOS, inmerso en una importante crisis. De hecho, en su publicidad reciente anuncia una emisión 'extraordinaria y única' de pagarés 'para la compra de un importantísimo grupo de alimentación'. Sin embargo, de momento, Nueva Rumasa no ha lanzado ninguna oferta formal sobre el grupo SOS.

Los Ruiz Mateos mostraron interés en reflotar CCM y Northern Rock

También han existido tanteos en el sector financiero, que fue el núcleo del grupo expropiado en 1983. Después de que el Banco de España interviniera en 2009 Caja Castilla-La Mancha, la familia Ruiz Mateos emitió un comunicado en el que manifestaba estar dispuesta a hacerse cargo de la entidad para reflotarla. Nueva Rumasa llegó también a mostrar públicamente su interés por el banco hipotecario británico Northern Rock, uno de los más importantes del país, asfixiado por los problemas. La estrategia ya suena: en la vieja Rumasa, el grupo usó entidades bancarias propias (Banco Atlántico, Banco de Jerez, Banfisa...) para financiar su expansión.

Su logotipo, como antaño, es una abeja dentro de una celdilla, símbolo del trabajo y la laboriosidad de la que presumen, así como de la atención a sus trabajadores. El pasado septiembre, el grupo recibió una importante oferta por su empresa de batidos Letona-Cacaolat. La multinacional interesada no garantizaba la continuidad de los 400 empleados de la marca. La familia Ruiz Mateos no sólo rechazó airadamente la oferta, además concedió una paga extra de 400 euros a cada empleado para mostrar el compromiso de Nueva Rumasa con el personal.

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