La estrategia de negar las evidencias

Mariano Rajoy marcó pronto la estrategia contra el mayor escándalo de corrupción de la derecha española en tres décadas de democracia. El 11 de febrero, tan sólo cinco días después de que Garzón ordenara detener a los cabecillas de la trama, reunió a toda la plana mayor del partido y se hizo una foto en la sede nacional para lanzar un mensaje victimista: "No hay una trama del PP, como algunos pretenden, hay una trama contra el PP".

En aquel momento, el gesto pudo parecer desproporcionado. Pero con la perspectiva de los ocho meses transcurridos desde entonces, la fotografía cobra pleno sentido, ya que allí estaban junto al líder algunos políticos que algo debían saber del alcance de la trama y que acapararon titulares desde entonces, como Francisco Camps, Esperanza Aguirre o Ana Mato.

Mientras la investigación judicial iba acumulando pruebas y más pruebas en un sumario con miles de folios, la estrategia del Partido Popular permaneció invariable: todo era mentira. Y Rajoy pronunció dos frases para la historia. Respecto a su tesorero Bárcenas, pronosticó que «nadie podrá probar que no es inocente». Y al presidente valenciano le hizo una promesa de amor político eterno: "Paco, siempre estaré detrás de ti, o delante o al lado".