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El estudiante suicida y su cómplice habían abandonado sus planes de matanza en una escuela alemana

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Tanto el estudiante de 17 años que se suicidó tras descubrirse su supuesto plan para perpetrar una matanza en el instituto, como su cómplice, un año mayor, habían abandonado tales propósitos cuando se desató la operación policial el pasado viernes, reveló hoy la fiscalía de Colonia.

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No obstante, y debido a la alarma social desatada ante la noticia de que el ataque había sido planificado para mañana, martes, la dirección del instituto de enseñanza media Georg Büchner decidió suspender las clases.

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Hoy fue interrogado por la fiscalía el cómplice de 18 años, identificado como Robin G., que fue puesto en libertad tras dar una "explicación fidedigna" de cómo el plan inicial había sido abandonado.

Robin, que se mostró de acuerdo en recibir tratamiento psiquiátrico, aseguró que había desistido del plan hace cuatro semanas e incluso devuelto a su compañero la ballesta con que teóricamente habrían llevado a cabo el ataque.

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La misma decisión se habría adoptado con su compañero de 17 años, Rolf B., según afirmó el fiscal Alf Willwacher, pero éste se tiró a las vías del tranvía, que lo arrolló y provocó su muerte en el acto, al salir de clase el pasado viernes.

Horas antes, el joven había sido interrogado en presencia de un responsable del Instituto por dos agentes de policía, alertados por estudiantes del centro que habían accedido a una página de internet en la que los dos implicados habían colgado imágenes de la matanza de Colombine (Colorado, EEUU), dónde dos escolares mataron en 1999 a trece compañeros y luego se suicidaron.

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Un portavoz policial rechazó informaciones de medios alemanes según los cuales el muchacho se suicidó porque se sintió intimidado. "Hicimos lo que pudimos", dijo.

Ambos adolescentes se habían propuesto llevar a cabo su ataque coincidiendo con el aniversario de lo ocurrido el 20 de noviembre un año atrás en la localidad alemana de Emsdetten, donde un estudiante de 18 años disparó a discreción contra profesores y alumnos e hirió a 37 personas, para suicidarse poco después.

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Durante la operación del viernes, la policía intervino a los jóvenes dos armas cortas que disparan balines de plástico, dos ballestas con 16 flechas de metal y una lista con los nombres de 17 alumnos y profesores del instituto.

Asimismo confiscó los ordenadores de ambos, cuyos discos duros serán analizados.

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La policía señaló que los dos jóvenes también se hallaban en posesión de instrucciones para la construcción de bombas de carga hueca y artefactos incendiarios.

El caso se produce dos semanas después de la tragedia del centro educativo Jokela de Tuusula, en Finlandia, en que un estudiante de 18 años mató a tiros a ocho personas y luego se suicidó.

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