Este artículo se publicó hace 16 años.
Un estudio muestra que ir a un lugar feliz es antidepresivo
El cerebro puede producir antidepresivos con la señal adecuada, un hallazgo que sugiere que meditar, o ir a un lugar donde uno se encuentre feliz, realmente funciona, según los científicos.
Estos expertos obligaron a ratones a nadar hasta la extenuación y contemplaron que cuando los animales se rendían y esperaban a ahogarse, recuperaban el deseo de vivir cuando escuchaban un tono que asociaban con la seguridad.
El experimento sugiere que hay formas adecuadas de enseñar a las personas esta habilidad, y apunta nuevos caminos para desarrollar mejores antidepresivos, dijo el doctor Eric Kandel, del Instituto Médico Howard Hughes y la universidad de Columbia de Nueva York, que dirigió el estudio.
"Un lugar en el que uno se encuentre feliz funciona. Algo así como al campo", dijo Kandel el miércoles en una entrevista telefónica.
El equipo, difundido en la publicación Neuron, usó el condicionamiento clásico para entrenar a ratones. Habían condicionado ya a algunos a temer un tono neutral al tocar un sonido en el momento en que les golpeaban en las patas. Después, cuando oían el mismo tono sentían miedo.
tocaron el tono cuando no estaban pegando al animal.
Para deprimir al ratón, usaron un método que las farmacéuticas llaman impotencia aprendida.
"Metes a un animal en una piscina de agua y no puede salir. Se rinde y deja de nadar y sólo flota", dijo Kandel.
"Cuando le das al animal un antidepresivo, comienza a nadar de nuevo. Cuando tocamos el tono, comenzaba a nadar de nuevo igual que con el antidepresivo", añadió.
NUEVAS VIAS
El científico dijo que otros experimentos más exhaustivos mostraron que el tono y un antidepresivo funcionaron de forma sinérgica.
Cuando contemplaron los cerebros de los ratones, vieron que el tono de "seguridad" condicionado activaba una vía diferente a la del medicamento, puesto que afectaba a la dopamina, mientras que los antidepresivos funcionan con la serotonina. Ambos son neurotransmisores.
El condicionamiento también afectaba a un compuesto llamado factor neurotrópico derivado del cerebro, que ayuda a alimentar y alienta el crecimiento de las células del cerebro.
La seguridad aprendida no afectaba a la serotonina.
Los ratones condicionados con el tono de "seguridad" también desarrollaron más células cerebrales nuevas en el área relacionada con el aprendizaje y la depresión.
Cuando el equipo de Kandel uso la radiación para frenar el nacimiento de nuevas células, los efectos de la seguridad aprendida y los antidepresivos quedaron embotados.
Kandel señaló que los antidepresivos parecieron funcionar, en parte, alentando el crecimiento de nuevas células, como hace la psicoterapia.
"El aprendizaje implica alteraciones en el cerebro", dijo Kandel. "La psicoterapia es sólo una forma de aprendizaje", añadió.
Esto muestra lo efectivas que pueden ser técnicas como la psicoterapia, la meditación y otras herramientas para reducir el estrés, y puede ayudar a diseñar nuevos medicamentos, aseguró Kandel.
/Por Maggie Fox/
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