Este artículo se publicó hace 16 años.
Un estudio relaciona una sustancia cerebral con la obesidad
Un equipo de investigadores que estudiaba a personas con un desorden genético pococomún ha identificado una sustancia química producida en el cerebro que puede jugar un papel en el apetito y laobesidad, un hallazgo que podría llevar a la fabricación de nuevos fármacos.
Estudios anteriores sobre animales habían apuntado a que esta sustancia, conocida como BDNF, ayuda a regular elapetito y el peso, pero el nuevo estudio publicado el miércoles en el New England Journal of Medicine es el primero enmostrarlo en personas.
"La importancia del hallazgo es que nos abre otro camino para desarrollar tratamientos que podrían ayudar a laspersonas con obesidad", dijo el doctor Jack Yanovski, del Instituto Nacional Eunice Kennedy de Salud Infantil y DesarrolloHumano, que forma parte de los Institutos Nacionales estadounidenses de Salud.
Se sabe que una serie de sustancias presentes en el cuerpo de forma natural, incluyendo la hormona leptina y elneuropéptido Y, afectan al apetito y a la obesidad, y los descubrimientos sobre el BDNF podrían aumentar la comprensiónde los factores que favorecen esta última enfermedad, añadió.
"Estamos viendo una pequeña parte de lo que en realidad es un rompecabezas grande y complejo", explicó en unaentrevista telefónica Yanovski, que ayudó a dirigir el estudio. "Suponemos que hay probablemente unos 300 genes queafectan al peso corporal de una u otra forma".
El estudio involucró a 33 personas con síndrome de WAGR, una extraña alteración genética que supone un alto riesgode padecer problemas oculares, algunos tipos de cáncer y retraso mental.
19 de ellos - les faltaba una copia del gen, y por lo tanto teníanbajos niveles en sangre de BDNF.
Esos 19 pacientes eran obesos a los 10 años y tenían una fuerte tendencia a comer de más. Las otras 14 personasque tenían dos copias funcionales del gen no tenían más probabilidades de ser obesos o sobrealimentarse que la mediade la población, según los investigadores.
Esto apunta fuertemente a que el BDNF podría estar relacionado con el control del apetito y por lo tanto con laobesidad, apuntaron. La liberación de BDNF en el hipotálamo, una glándula situada en la base del cerebro y tambiéninvolucrada en la regulación del apetito, podría deberse indirectamente a la leptina, según los científicos.
Yanovski comentó que los fármacos pensados para mejorar un nivel bajo de BDNF podrían ayudar a algunas personasobesas que no han tenido éxito con otros tratamientos.
/Por Will Dunham/
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