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Estudio respalda efecto de grasa láctea en la salud cardíaca

Reuters

Un nuevo estudio en Sueciasugirió que consumir productos lácteos protegería el corazón.

Los lácteos son la fuente principal de grasa saturada en laalimentación, un dato que investigaciones previas habíanasociado con la aparición de la enfermedad cardíaca.

Sin embargo, existen algunas pruebas de que los productoslácteos podrían ser beneficiosos para el corazón, por ejemplo,bajando la presión o reduciendo el colesterol, según publicó enAmerican Journal of Clinical Nutrition el equipo de la doctoraEva Warensjo, de la Universidad Uppsala.

El equipo midió los niveles en sangre de dos biomarcadoresde la grasa de la leche en 444 pacientes que habían sufrido uninfarto y en 556 personas sanas (grupo de control). Esassustancias (ácidos pentadecanoico y heptadecanoico) indicancuánta cantidad de grasa consumió una persona.

En los participantes con los niveles más altos de esosbiomarcadores en sangre, es decir, los que más grasa lácteahabían ingerido, disminuía el riesgo de sufrir un infarto: un26 por ciento en las mujeres y un 9 por ciento en los hombres.

Según la Calculadora de Riesgo de Infarto, de la AsociaciónEstadounidense del Corazón, un hombre de 60 años con pesonormal y sin factores de riesgo de la enfermedad cardíaca, comotabaquismo o diabetes, tiene un 6 por ciento de probabilidad demorir en los siguientes 10 años.

El nuevo estudio sugirió que si ese paciente hipotéticoingiere una gran cantidad de lácteos, reduciría su riesgo un0,5 por ciento. Para una mujer, o alguien con alto riesgo desufrir un infarto, el beneficio sería aún mayor.

Los lácteos contienen varias sustancias beneficiosas, comocalcio, vitamina D y potasio, señaló el equipo. Esas sustanciaselevan el nivel de colesterol HDL o "bueno".

"A partir del estudio no se puede deducir el mecanismoexacto detrás de esas asociaciones, pero la gran variedad decomponentes bioactivos en la matriz alimentaria de losproductos derivados de la leche y los factores del estilo devida asociados habrían influido en los resultados", concluyó elequipo.

FUENTE: American Journal of Clinical Nutrition, online 19de mayo del 2010.

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