Este artículo se publicó hace 13 años.
Estudios más influyentes pierden de vista conflictos económicos
Por Frederik Joelving
Los científicos que revisanuna gran cantidad de ensayos clínicos para publicar en lasrevistas médicas suelen perder de vista los conflictoseconómicos que sesgarían las pruebas que analizan, de acuerdo aun nuevo estudio.
Eso es algo más que un problema académico porque lasrevisiones son consideradas las evidencias más sólidas quepuede producir la ciencia médica, según los expertos.
"Influye cómo la toma de decisión de los médicos y cómo lospaneles de expertos elaboran las guías de tratamiento", dijoBrett D. Thombs, de McGill University y de Jewish GeneralHospital, Montreal, y cuyos resultados fueron publicado enJournal of the American Medical Association (JAMA).
Con su equipo, halló que de 29 revisiones o metaanálisis deensayos clínicos de fármacos publicados en revistasprestigiosas como JAMA y The Lancet, sólo 2 incluían el origende los fondos para realizar la revisión.
Y ninguna revisión mencionaba si los autores de los ensayosoriginales habían recibido dinero de la industriafarmacológica.
Esas relaciones económicas están asociadas con la tendenciaa "inflar" los beneficios de los nuevos fármacos y a reducirlos riesgos, precisó Thombs.
Por ejemplo, según un informe del 2008, la mitad de losensayos con antidepresivos remitidos a la Administración deAlimentos y Medicamentos de Estados Unidos, que aprueba losnuevos fármacos, obtuvo una revisión positiva de la agencia.
En cambio, en la literatura médica, más del 90 por cientode los ensayos favorecían a esos fármacos porque la mayoría conresultados desfavorables nunca habían sido publicados.
Para detectar sesgos potenciales, muchas revistas médicasestán exigiendo que los autores declaren quién financió elestudio y todo conflicto de interés, como la realización deconsultorías pagas para la industria.
El equipo halló que más de dos tercios de los ensayosfarmacológicos originales incluidos en las 29 revisionesanalizadas habían sido financiados por la industria. Sólo 318de los 509 ensayos revisados habían incluido información sobreposibles conflictos de interés.
Pero, la mayoría de las veces, esas declaraciones sepasaban por alto en las revisiones.
"Observamos una brecha entre esos dos niveles", dijoMichelle Roseman, estudiante de McGill que participó delestudio.
Cuando el equipo contactó a los revisores, la mayoríaadmitió que ni siquiera se había ocupado del asunto.
"Hay un punto ciego", dijo la doctora Cynthia Mulrow,secretaria de International Committee of Medical JournalEditors, que publicó las guías para declarar conflictos deintereses en las revistas médicas.
"Los revisores que resumen pruebas deben pensar en elconflicto de interés y evaluarlo como algo que podría habersesgado los resultados originales", añadió.
Mulrow, que también participa en la redacción de las guíaspara informar revisiones de estudios, comentó que no existenrecomendaciones sobre la información de los conflictoseconómicos en los estudios originales, pero con sus colegastomará en cuenta este hallazgo para futuras actualizaciones delas guías.
FUENTE: JAMA/Journal of the American Medical Association,online 8 de marzo del 2011.
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