Este artículo se publicó hace 15 años.
"Estuve consciente en todo momento"
Pedro Hernangómez se salvó junto a otras 17 personas del accidente del JK5022
Pedro Hernangómez se salvó junto a otras 17 personas del accidente del JK5022. Este hombre, de 57 años, electricista de profesión, volaba a Las Palmas, su lugar de residencia, donde le esperaban su mujer y su hija. Natural de Valseca (Segovia), se había instalado en Gran Canaria desde hacía mucho tiempo.
Desde su posición privilegiada en la aeronave, en la primera fila de la clase turista, recuerda cada detalle del accidente. "Estuve consciente en todo momento. El avión despegó y al poco chocó contra el suelo. En ese momento, se partió cinco filas por detrás de la mía. El impulso hizo que esa parte delantera donde yo estaba sentado se alejara unos metros del resto del fuselaje", cuenta Pedro un año después del siniestro. Eso le salvó.
Estuvo ingresado casi dos meses en el hospital Ramón y Cajal, en estado de extrema gravedad. En pocas semanas pasó hasta cuatro veces por el quirófano. En octubre fue derivado a Gran Canaria. "Salvo el brazo izquierdo, me partí todo", señala. Sufrió contusión pulmonar y fracturas maxilofaciales y en las extremidades.
Secuelas físicasLe faltaba una sola asignatura para lograr el título de mecánico de avionesUn año después del accidente tiene clavos y tornillos por todo el cuerpo: en las clavículas, en el fémur, la tibia y el peroné de la pierna izquierda. Son las secuelas físicas que le quedan después de sobrevivir a la tragedia. Pedro también recibió 10 sesiones de tratamiento psiquiátrico, aunque ya no sigue con la terapia.
Ahora ha fijado su residencia en Valencia, donde deberá seguir con la rehabilitación varios meses más. Apoyado en sus muletas, imprescindibles para que pueda caminar, lamenta que las heridas que sufre le impidan volver a su rutina diaria, la que se rompió para siempre aquel 20 de agosto de 2008. "Tal como he quedado, dudo mucho que pueda volver a trabajar", admite. Hoy atraviesa dificultades económicas y vive del dinero que ahorró. "Estoy vivo, sí, pero apenas puedo sobrevivir", asegura.
Paradojas de la vida: a Pedro le faltaba sólo una asignatura para conseguir el título de mecánico de aviación. Y su testimonio será esencial cuando el juez de Madrid que instruye el caso le llame a declarar. De momento, no quiere precisar más detalles. "No puedo demostrar nada, porque hoy por hoy sólo tengo mi palabra, pero lo que sé, se lo diré al juez", señala de forma críptica.
Pedro Hernagómez, como el resto de los afectados por la tragedia de Barajas, pide justicia. Que los tribunales dictaminen qué falló, para que se castigue a los culpables.
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