Este artículo se publicó hace 12 años.
ETA apuesta por convertirse en una corriente de la izquierda abertzale
En un documento interno, la banda terrorista rechaza su disolución, incluso aunque se solvente el problema de los presos
ETA no tiene previsto disolverse como le solicita el Gobierno y la casi totalidad de partidos democráticos. En su lugar plantea convertirse en una corriente dentro de la propia izquierda abertzale, según el documento en el que la organización criminal debate desde hace meses sobre su futuro y al que ha tenido acceso la web de información Terra.es.
La banda se encuentra inmersa en un proceso de debate interno desde el pasado mes de marzo y que tiene previsto finalizar a finales de año. La dirección de ETA ha hecho llegar a todos sus militantes un documento base en el que propone continuar existiendo como organización clandestina que participe políticamente dentro de la izquierda abertzale, aunque sin abrir la posibilidad de un regreso a la violencia. Ni siquiera una solución satisfactoria para los terroristas a la situación de sus presos llevaría a la disolución, según el citado documento a través del cual ETA busca "acordar las vías de actuación en la nueva fase política que vive Euskal Herria".
"Facilitar sus aportaciones al Movimiento de Liberación Nacional", esa es la nueva función que proponen los jefes de la banda quienes pretenden "en la medida de lo posible, informar de las decisiones" que tome "a todos los grupos de decisión de la izquierda abertzale o a responsables de los mismos", al tiempo que recogerá opiniones.
Ya no ejerce la dirección de BilduEntre las reflexiones mas relevantes que hace ETA en ese documento está el reconocimiento expreso de que ya no ejerce la "dirección política" de la izquierda abertzale y que es la antigua Batasuna quien ahora detenta esa responsabilidad, pero reclama una estructura horizontal en la que pueda "alimentar la naturaleza luchadora y revolucionaria" de ese espectro político.
ETA descarta su disolución y también una posible vuelta a la violencia y en el mismo documento se ratifica en la decisión anunciada el 20 de octubre del año pasado de renunciar definitivamente al uso de la violencia. En este sentido, propone que no se creen aparatos dedicados a la "actividad armada" en su nueva estructura, aunque apuesta porque en esta prime un modelo que le resguarde de los golpes policiales.
Con todo, la organización terrorista insiste en la negociación que ya reclamaba en su comunicado de fin de la violencia para abordar las "consecuencias del conflicto" y que según la ponencia que ahora debate son tres: presos y huidos, desarme de la organización y "desmilitarización de Euskal Herria", en referencia al abandono de
ETA tenía previsto que a finales de mayo el documento a debatir estuviera en manos de todos sus militantes. Además de pronunciarse sobre los aspectos concretos que propone el documento base, los militantes pueden hacer otras aportaciones.
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