Ettore Messina, el entrenador italiano consensuado como uno de los mejores técnicos europeos, es el principal objetivo del Real Madrid para el nuevo ciclo que se abre tras cerrar ayer el equipo la temporada en Vitoria, al perder en el tercer y definitivo partido de semifinales ante el Tau.

La llegada de Florentino Pérez a la presidencia del club y el segundo año sin brillo ni título alguno en la sección de baloncesto han sido los últimos capítulos de un ciclo que daba sus últimas bocanadas.

Joan Plaza, pese al año de contrato que le queda, no seguirá. Eso parece claro. En estos tres años fue de más a menos. Del título de Liga y ULEB, amén de la clasificación para la Euroliga, a comandar un equipo sin alma y nadando siempre entre dos aguas, casi siempre turbulentas, y con escasas opciones de nada.

Antonio Martín y Alberto Herreros también podrían dejar de pertenecer a la órbita madridista. Sobre todo el primero. Eso se afirma en todas las fuentes.

Y de la plantilla, para abreviar, se prefiere hablar de los seguros, los Reyes, Bullock, Hervelle, Llull y poco más, quizás Raúl López y Mumbrú. El resto es cuestión de tiempo y dinero.

El Real Madrid ha tenido una temporada convulsa. Con demasiadas idas y venidas en la nómina de jugadores y con pocos aciertos desde los despachos.

Plaza no ha ayudado mucho con su actitud. Demasiado crecido y echando las culpas a los elementos, aunque tuviera razón en más de una ocasión.

Papadopoulos, Hamilton y Hosley sumaron más de siete millones de euros en salarios para nada. Y el casi millón de euros de Pepe Sánchez tampoco aportó mucho.

Con este lastre, cualquier equipo se hubiera hundido y sólo el amor propio de jugadores como Felipe Reyes, Sergio Llull o Louis Bullock permitieron al Real Madrid no ahogarse antes.

Florentino Pérez no ha dicho nada con respecto al baloncesto. Aunque siempre ha hecho guiños a la sección. Y el de no desmentir nada respecto a Messina, es positivo.

Ettore Messina vendrá al Real Madrid si tiene un buen proyecto y no tanto si recibe el mejor salario posible. En el CSKA de Moscú ha ganado dinero y títulos, pero a costa de llevar una vida muy sacrificada y poco gratificante.

El técnico italiano puede aceptar ganar menos dinero por llevar una vida más cómoda y agradable, pero no piensa rebajar sus expectativas deportivas. O tiene opciones de ganar títulos, o no vendrá.

Hay dos problemas principales: el dinero y el tiempo. Nada se sabe de quién dirigirá la sección desde los despachos y mucho menos de cuanto dinero se dispondrá para confeccionar el equipo del año que viene.

Habrá que esperar a ver el dinero que queda en la caja después de confeccionar el equipo de fútbol. Todo apunta a que no será demasiado.

Y además, por si fuera poco, queda una pregunta en el aire: ¿se jugará la Euroliga?