Este artículo se publicó hace 16 años.
La Eurocámara deja a cada Estado la opción de embarcar agentes en los aviones
El Parlamento Europeo aprobó hoy normas comunes para prevenir atentados en la aviación comercial, aunque dejó en manos de cada Estado miembro de la Unión Europea (UE) la posibilidad de embarcar agentes armados a bordo.
La Eurocámara respaldó, por 583 votos a favor, 21 en contra y 35 abstenciones, un nuevo reglamento cuyos términos fueron pactados el pasado enero por sus representantes y los del Consejo de la UE, la institución que representa a los gobiernos nacionales.
La norma deja a cada Estado decidir si embarca o no a agentes armados y en qué vuelos -Alemania o Reino Unido, ya lo hacen-, pero impone que, en caso de hacerlo, sean personas específicamente formadas y entrenadas para ese fin.
Por otra parte, establece por primera vez en el derecho comunitario ciertos criterios de seguridad en vuelo, como la restricción de acceso a la cabina de pilotos o la manera de tratar a pasajeros revoltosos.
También prevé reglas comunes para el control de los equipajes, el paso por el arco de metales de los pasajeros, la restricción al transporte de ciertos artículos -incluidas las armas- o la supervisión del aparato.
Cada Estado, aeropuerto y compañía aérea deberá elaborar un programa de seguridad para garantizar la aplicación de las nuevas normas comunes.
Pese a la demanda inicial del Parlamento, el Consejo no ha accedido a reformar las vigentes y controvertidas restricciones al transporte de líquidos en el equipaje de mano de los pasajeros.
El eurodiputado de CiU Ignasi Guardans, quien ha criticado duramente estas restricciones en los últimos meses, votó hoy en contra del nuevo reglamento al considerar que refuerza "el poder de la Comisión Europea de dictar normas secretas con aplicación directa a los pasajeros" y consolida así "prácticas escasamente democráticas".
Según Guardans, el comisario europeo de Transportes, Jacques Barrot, anunció ayer en el debate parlamentario que intentará corregir la prohibición del transportes líquidos en el equipaje de mano antes de fin de 2008.
"Se trata de una buena noticia. Pero como demócrata me resulta insoportable que ese poder legislativo dependa de un solo hombre", apuntó el parlamentario catalán.
Por otra parte, la Eurocámara tampoco ha conseguido obligar a las administraciones nacionales a asumir parte del coste de las nuevas medidas de seguridad.
El reglamento deja a cada país libertad para decidir cómo se financian, pero los eurodiputados temen que los gobiernos acaben cargando la factura íntegramente sobre las aerolíneas y que éstas la trasladen al usuario final a través de sus tarifas.
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