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El Eurogrupo encalla sobre Grecia por las exigencias de países pequeños

Geithner, que pide sin éxito medidas de estimulo y un refuerzo del fondo de rescate, lamenta la división en la moneda única. Finlandia quiere que Atenas dé un aval de 500 millones de euros para recibir la ayuda de la UE

DANIEL BASTEIRO

Los ministros del euro confirmaron hoy, con una reunión sin resultados, que no todos sus problemas tienen su origen en Grecia. 'En la zona del euro todo el mundo está desorientado', bromeó Jean-Claude Juncker, que preside los encuentros de ministros de la moneda única. Juncker recordó que la primera condición para evitar la quiebra de Grecia es que Atenas aplique el durísimo ajuste diseñado por la Comisión Europea, el BCE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Sin embargo, no basta con merecer el rescate a ojos de Francia y Alemania. De hecho, tanto Nicolas Sarkozy como Angela Merkel mostraron su apoyo a este miércoles a Yorgos Papandreu frente a la oposición interna a los recortes de su Gobierno. La zona del euro tiene todavía que superar su propia división, escenificada por las exigencias de Finlandia y Austria y su negativa a seguir adelante con la política de rescates según lo acordado hace tan solo dos meses.

Geithner sóo participó 30 minutos en la reunión

Lejos de 'evitar la cacofonía', como pidió esta semana el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, la ministra austríaca coqueteó con la posibilidad de una quiebra de Grecia, el escenario presente como una pesadilla en cada reunión de la zona euro. Según Maria Fekter, puede ser más caro rescatar a Grecia que un impago, pese a las inciertas consecuencias para la zona euro. En ese caso, la zona euro debe 'reflexionar sobre esa alternativa' y permitir la primera quiebra de uno de sus miembros.

Austria, que evitó la ratificación parlamentaria por la vía rápida de los acuerdos de la cumbre del 21 de julio, se ha convertido en la nueva punta de lanza de un grupo de países, entre los que están Finlandia y Eslovaquia, cada vez más reticentes a la política de rescates. Después de un primer retraso para la votación del plan de rescate, Austria anunció ayer que votará aprobar la ayuda a Grecia el próximo 30 de septiembre, casi al límite de la supervivencia financiera del país heleno.

Además, ayer la ministra finlandesa, Jutta Urpilainen, acabó con las expectativas de un acuerdo sobre las exigencias de Helsinki antes incluso de que comenzase la reunión, trasladada a Polonia por ser este el país que este semestre preside la Unión Europea. Finlandia se niega a ratificar el segundo paquete de ayudas de Grecia y el refuerzo del fondo de rescate que se acordó a finales de julio. Con el nuevo fondo serían posibles, entre otras innovaciones, la recapitalización de entidades bancarias de países en apuros y la compra directa de deuda a las entidades en momentos de especulación masiva. Helsinki quiere que Grecia deposite 500 millones de euros en una cuenta bloqueada como garantía de que la solidaridad europea no será usada por Atenas como un cheque en blanco con el que olvidarse de la austeridad. 'Desafortunadamente no creo que podamos encontrar una solución', aseguró Urpilainen. La zona euro negocia varias posibilidades, entre las que está la rebaja del interés que perciben los países por sus préstamos a Atenas en caso de que quieran contar con un depósito como garantía.

Europa y EEUU confrontarán sus posturas de nuevo la próxima semana

A pesar de que inicialmente los ministros tenían previsto ratificar a principios de septiembre su acuerdo en los parlamentos nacionales y zanjar el envío de los 8.000 millones de euros a Grecia, la fecha límite se ha ido posponiendo por la falta de consenso. Según Olli Rehn, el comisario de Economía, el refuerzo del fondo de rescate y el segundo programa de ayudas no estará en vigor hasta 'mediados de octubre'. Por lo pronto, los técnicos que deben decidir si Atenas cumple sus compromisos para dar el último tramo del rescate, han pospuesto su visita, prevista para este lunes, para que el ajuste tome cuerpo.

La reunión contó con un invitado insólito: el secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner. Es la primera vez que un ministro de EEUU participa en una reunión de este tipo, pero la posibilidad de un contagio de los problemas a Italia y España preocupa a EEUU. A pesar de reconocer que el proceso de decisión es 'terrible' y a veces 'peor' en su país, Geithner acabó lamentando la 'muy dañina' división de la zona euro, que ha llevado a la moneda única a una situación de 'riesgo catastrófico', según él.

Geithner viajó ex profeso a Wroclaw desde Washington para la reunión, para participar 30 minutos. Durante su visita, el político estadounidense pidió un refuerzo todavía mayor del fondo de rescate y estímulos fiscales para reactivar el crecimiento, pero ni sus propuestas ni su presencia en la reunión sentaron muy bien a algunos ministros. 'Nos transmitió con dramatismo que tenemos que comprometer dinero para evitar dificultades', reveló Fekter tras la reunión. 'Creo que es extraño que a pesar de que los americanos tienen datos peores que los de la zona euro, nos dicen lo que tenemos que hacer',lamentó.

La vicepresidenta económica, Elena Salgado, aseguró que los países del euro están 'haciendo todo lo posible para combatir las incertidumbres'. 'EEUU nos anima a continuar en el camino en el que ya estamos', añadió. Salgado se quedó sin la 'respuesta decidida' que reclamaba a sus socios, pero rechazó que, cuando se produzca, incluya ningún tipo de ayuda a España. 'Nosotros no tenemos en este momento ningún problema específico', dijo, por lo que 'ninguna mirada se dirige hacia España'.

La zona del euro y EEUU volverán a confrontar sus estrategias contra la crisis, ya que el presidente de EEUU, Barack Obama, se reunirá en el marco de la asamblea anual de la ONU con varios líderes europeos, entre ellos Sarkozy, informa EFE.

Tras el Eurogrupo, los ministros de Economía de la UE celebraron otro encuentro en el que se analizó el acuerdo alcanzado con la Eurocámara para endurecer el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Una vez ratificado permitirá abrir expedientes e imponer sanciones a países que descuiden sus niveles de deuda, 'un gran paso adelante' en la creación de un Gobierno económico europeo, según Rehn. Con todo, desde Bruselas advierten que hay que dar más pasos en favor de la sostenibilidad financiera o 'de lo contrario, los eurobonos se convertirán en bonos basura, y ello no beneficiará a nadie', advirtió el comisario.

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