Portugal no necesita más dinero de los 78.000 millones del plan de rescate pactado con el país en mayo pasado. Ese fue el principal mensaje que trasladó ayer el primer ministro luxemburgués y presidente de las reuniones de los ministros de Finanzas del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. Diversos medios locales vienen planteando que la economía portuguesa necesite un apoyo financiero adicional, entre 20.000 y 25.000 millones de euros. El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, admitió tal posibilidad hace un par de semana, al señalar que la cifra acordada con la UE y el FMI antes del verano no sería suficiente para cubrir una refinanciación de las empresas públicas de transportes.

Juncker, que se entrevistó ayer en Lisboa con Passos Coelho, insistió en que no cree 'que Portugal necesite de una suma más elevada'. Según los analistas, tan sólo un colapso de Grecia podría obligar a Portugal a pedir una ayuda adicional. Estela Barbot, consejera portuguesa del FMI, subrayó que hay que esperar 'para ver lo que pasa en Grecia'.

Algunos medios apuntan que Lisboa podría necesitar 25.000 millones más

Una delegación de la Comisión Europea, el BCE y el FMI (lo que se conoce como la troika) está desde el lunes en Lisboa examinando la situación de la economía portuguesa y el cumplimiento de las reformas pactadas con el plan de rescate.

El portavoz de la Comisión para Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj, subrayó que 'Portugal cuenta con financiación suficiente para sustentar el regreso del país a los mercados', y apuntó que las evaluaciones positivas de los líderes de la UE 'abren la puerta' a nuevas entregas de la ayuda pactada si Lisboa sigue cumpliendo el programa en forma estricta. En agosto, el Ejecutivo luso aprobó con distinción el primer examen de la troika, lo que se tradujo en el envío a Lisboa del abono del segundo tramo del rescate, de 11.500 millones. Si ahora consigue de nuevo el visto bueno de la delegación de la UE y el FMI, recibirá otros 8.000 millones.

La nota de color en la complicada situación económica fue ofrecida inesperadamente ayer por el que fuera líder de la Revolución de los Claveles, Otelo Saraiva de Carvalho,quien dijo que, si se sobrepasan ciertos límites en la pérdida de derechos de los ciudadanos, 'la respuesta puede ser un golpe militar, más fácil que el del 25 de abril 1974'.