La mayoría de los compradores europeos de aceite de palma han rechazado el aceite de palma ecológico por su coste, lo que perjudica a la conservación de las selvas tropicales, dijo el miércoles el grupo ecologista WWF.

Un informe de WWF mostró que sólo diez de 59 fabricantes y minoristas europeos han adquirido aceite de palma de productores del sudeste asiático que no optan por la tala de árboles ni la destrucción de la vida salvaje. Entre los diez principales están Unilever y Cadbury.

Hasta octubre, se ha adquirido menos de una quinta parte del millón de toneladas de aceite de palma respetuoso con el medio ambiente, según datos de WWF, aunque el mercado ha estado en alza en los últimos cuatro meses.

WWF ha divulgado el informe una semana antes de que la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO, por sus siglas en inglés), impulsada por el sector, se reúna en la capital malasia para evaluar el desarrollo de un estándar ecológico de los principales proveedores de palma, Indonesia y Malasia.

El aceite comestible más comercializado del mundo se utiliza en productos desde champúes a biocombustibles. La Unión Europea (UE), el mayor mercado, compra alrededor de 3 millones de toneladas por año.

El informe, que se tardó seis meses en elaborar, siguió las decisiones de compra de las compañías, su disposición de unirse a la RSPO y sus propias políticas ecológicas.

DIFÍCIL VENDER ACEITE DE PALMA ECOLÓGICO

Muchas empresas europeas han dicho que se enfrentan a la difícil tarea de convencer a los compradores sensibles de que compren el aceite ecológico de palma, que es más caro que el que no es ecológico, ahora que la economía mundial lucha por recuperarse.

La unidad británica del fabricante sueco de aceites y grasas, AarhusKarlshamn incluso ha considerado hacer descuentos para sus envíos de aceite de palma certificada bajo la RSPO.

WWF, miembro de la RSPO, dijo que todavía había 28 compañías que tenían que comprar aceite de palma ecológico de forma significativa.

La toma de aceite de palma certificado de empresas europeas ha enojado a los productores de palma de Malasia, que dicen que las exigencias al sector de ser más respetuosa con el medio son simplemente una barrera comercial disfrazada.