Los países de la zona del euro levantarán hoy una nueva muralla para intentar frenar el deterioro de la credibilidad de la economía griega y calmar a los mercados internacionales. En un encuentro que se celebrará por videoconferencia, los ministros de Economía y Finanzas, reunidos bajo el formato del denominado Eurogrupo, concretarán los detalles del plan de rescate que fue aprobado a finales de marzo en Bruselas por la cumbre de jefes de Gobierno.

Se trata de dar una respuesta política inmediata a las dudas que se han suscitado en los últimos días sobre la solvencia de la economía griega y que han tenido su reflejo en el incremento de la prima del riesgo-país hasta niveles casi insoportables. Los bonos de Grecia a diez años se situaron el jueves en el 7,50%, un tipo de interés demasiado elevado para la vapuleadas arcas públicas de Atenas. El viernes, la rentabilidad del bono griego cedió ante los rumores de un inminente rescate.

En este escenario, los países de la zona del euro intentarán trasladar hoy un 'mensaje enérgico' de apoyo a Grecia, según fuentes gubernamentales españolas. El Eurogrupo definirá los términos del plan de rescate, especialmente en lo que se refiere al tipo de interés que se cobrará a Grecia por los préstamos de ayuda, y dejará todo listo para que se active el plan de emergencia en el momento en que se juzgue oportuno. Lo que no está del todo claro es si los detalles del plan serán difundidos o no. Hay dudas en el seno del Eurogrupo de que sea oportuno publicar las condiciones de la ayuda a Grecia.

En todo caso, las bases del acuerdo fueron ya pactadas por los técnicos de los ministerios de Finanzas en la reunión del Comité Económico y Financiero celebrada el jueves y el viernes pasado. Diversas fuentes consultadas señalan que el tipo de interés que se cobrará a Grecia por los préstamos estará vinculado a la evolución del euríbor a tres meses (0,641% en su cotización del viernes), más cerca de un 3,5%, aunque este tramo adicional dependerá del periodo en que se reintegre el préstamo. Eso supondría un tipo de interés ligeramente superior al 4,1%, no muy distinto del que el Fondo Monetario Internacional (FMI), que también tendrá que hacer aportaciones en el plan de ayuda, suele cobrar en sus operaciones de rescate. Varios políticos alemanes volvieron a insistir ayer en 'el peligro de que surja un euro débil tras el acuerdo si el tipo de interés esta muy lejos del marcado por el mercado'.

Por su parte, el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, adviritió que hoy 'el revólver que está sobre la mesa está cargado', y se quejó de que la UE 'haya utilizado a Grecia como un  experimento'.

Las decisiones que tome hoy el Eurogrupo no suponen que se active inmediatamente la ayuda y se empiecen ya a librar los créditos, que tendrán carácter bilateral. Antes de que eso ocurra, y como condición indispensable, Grecia tiene que solicitarlo formalmente (hasta ahora no lo ha hecho) y, además, tanto la Comisión Europea como el Banco Central Europeo (BCE) deben emitir sendos informes técnicos favorables que serán decisivos para determinar el volumen de los préstamos y el plazo de amortización, obviamente de acuerdo con lo que solicite Grecia.

La reunión del Eurogrupo de hoy fue convocada por su presidente, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, y en las gestiones para el acuerdo ha intervenido activamente el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, en su calidad de presidente de turno de la Unión Europea (UE). Zapatero ha hablado en los últimos días con el propio Juncker y el resto de los principales líderes europeos.