Este artículo se publicó hace 16 años.
La evolución de la fotografía se expone en la Tate Modern de Londres
La Tate Modern de Londres apuesta de nuevo por la fotografía con un recorrido por la evolución de este arte a través de imágenes callejeras y de estudio en las que el ser humano y la ciudad son los protagonistas.
En la exposición "Street & Studio. An Urban History of Photography", que fue presentada hoy a la prensa, el visitante puede contemplar cómo las técnicas de la fotografía de estudio y de la calle han mantenido un constante diálogo y una mutua influencia y han creado, en gran parte, el concepto visual existente de la cultura urbana.
La muestra, que podrá verse desde el próximo jueves hasta el 31 de agosto, es la cuarta que este museo de arte contemporáneo británico organiza desde su inauguración con la fotografía como tema principal.
A lo largo de la muestra, que consta de más de 400 imágenes de unos cien fotógrafos de los siglos XIX y XX, se aprecia la evolución del trabajo de estudio -caracterizado originariamente por el posado y el control del ambiente- hacia la búsqueda de la intimidad y la naturalidad del ser humano.
Paralelamente, la fotografía de la calle evolucionó debido principalmente a la invención de cámaras de pequeño formato con las que se pasó de captar la realidad de la ciudad y sus habitantes a construir identidades y conceptos totalmente estudiados.
Así, en ese lugar aislado del mundo exterior que es el estudio ha entrado la ciudad gracias a los decorados, pero también la calle es actualmente objeto de composiciones fotográficas de moda.
La exposición, organizada por orden cronológico desde el siglo XIX hasta la actualidad en once salas, cuenta con tres salas que se centran en viandantes de las ciudades, la personalidad de los retratados y el frenesí del transporte urbano.
Aunque la pobreza, el crimen, el glamour, la moda, la guerra, la destrucción, la política y el mundo de los sueños son también aspectos que se repiten a lo largo de la muestra.
Además, es patente la temprana democratización de la fotografía en el sentido de que todas las clases sociales -no sólo como lo era al principio para los ricos y famosos- comienzan a ser protagonistas, incluidas las personas más vapuleadas socialmente como los vagabundos y los enfermos.
Más adelante en la exhibición, se encuentran instantáneas sobre la liberación sexual, la emancipación de la mujer y el uso agresivo de la fotografía para crear opinión o para captar la intimidad de famosos que quieren permanecer en la "oscuridad".
Todo empezó con los pioneros que experimentaron con sus cámaras de gran formato ya en el siglo XIX como Henri Riviére y Louis Vert.
Desde entonces, miles de fotógrafos han inmortalizado instantes de humanidad ya sea en blanco y negro o en color, en la calle o en el estudio, con cámaras analógicas o digitales y han generado un nuevo lenguaje artístico.
Henri Cartier-Bresson, Robert Doisneau, Baron de Meyer, William Klein, Paul Strand, Helen Levitt, Weegee, Bert Stern, Diane Arbus, Robert Mapplethorpe, Cindy Sherman, el catalán Joan Colom o el mexicano Manuel Álvarez son sólo algunos de los fotógrafos cuyos trabajos se exponen en la Tate Modern.
Su visión no sólo ha narrado hechos de la Historia de los últimos 160 años, gracias a sus testimonios gráficos, sino que ha alimentado un nuevo género artístico que, gracias a la técnica y a la imaginación, no ha dejado de sorprender al ser humano.
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