Este artículo se publicó hace 12 años.
Exdirectores de Anesvad dicen que nadie controlaba las cuentas de Gamarra
Los ex directores general y financiero de Anesvad han afirmado hoy que el presidente de la ONG, José Luis Gamarra, hacía uso de las cuentas donde se recibían donaciones para la Leprosería Culión (Filipinas) y la Misión de China, que quedaban fuera de la contabilidad y del control de Anesvad.
En la segunda sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Bizkaia por presunta apropiación indebida de hasta 9 millones de fondos de Anesvad, hoy ha terminado de declarar el principal acusado y presidente de la entidad, quien ha reiterado que "nunca" recibió un sueldo por sus trabajo y que "jamás" se quedó con dinero de esa organización.
Ha justificado que "fue un error" cuando pagó con un cheque de Anesvad un coche que compró para su sobrina y que no pudo informar a los gestores de la entidad de que había puesto a su nombre una cuenta en Suiza con casi un millón de euros procedentes de una herencia que donó una familia de San Sebastián a la ONG, para evitar hacer público la procedencia fraudulenta de esa aportación.
Según ha dicho, "no se puede morder la mano que te da de comer", en referencia a esa familia que había donado en total más de 11 millones de euros.
Además, la Sala ha escuchado hoy también a los otros dos acusados, el fuera director financiero de la ONG, J.M.S.O. y el director general de la entidad, J.F.M.F., que un año después de que se denunciara la supuesta trama para desviar fondos de los donativos de Anesvad, se autoinculparon de los hechos.
Ambos han destacado que la contabilidad de Anesvad estaba "muy clara y detallada" porque era auditada anualmente, pero que había otras cuentas donde se ingresaban las aportaciones a la Leprosería Culión y la Misión de China que, junto a la del Consulado, solo gestionaba y tenía acceso Gamarra.
Así, han puesto en duda que esas cuentas sirvieran para hacer llegar las donaciones a esos proyectos, como había dicho su presidente, y han detallado que de ellas salían "gratificaciones y préstamos" a empleados de Anesvad.
Según las acusaciones, con esos fondos se compraron sellos para una colección que almacenaba Gamarra en su despacho y que luego vendió a la propia ONG por más de 300.000 euros, "muy por debajo de su valor real y salí perdiendo", según ha dicho hoy al Tribunal.
El presidente de Anesvad ha descalificado al empleado de la organización que en agosto de 2005 acudió a su despacho para advertirle de que los dos directores habían sustraído dinero de la entidad y ha afirmado que "era un trepa" que actuó movido por el interés de ocupar el puesto de uno de ellos, aún sin estar cualificado.
Ha relatado que pidió a ambos que devolvieran las cantidades que habían retirado, más de 700.000 euros cada uno, y trató de evitar que se hiciera público y que afectara "al buen nombre" de al ONG.
Gamarra ha reconocido que, debido a las presiones internas, tuvo que despedir a sus dos colaboradores y por ello, les indemnizó con 360.000 euros al director general y 120.000 euros al director financiero.
Los dos directores han asegurado que "las presiones y las amenazas" desde la ONG se hizo "insoportable" y que un año después, decidieron asumir públicamente su culpa, pero la fiscalía sostiene que entre los tres acusados pactaron la autoinculpación de dos de ellos.
Mañana continuará el juicio con los primeros testigos llamados por las partes.
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