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Una exhumación en Cádiz concluye sin rastro de la fosa

La ARMH asegura, no obstante, que volverá a Alcalá del Valle

OLIVIA CARBALLAR

No consideran que se trate de un fracaso porque tienen previsto volver a la zona. Pero los trabajos iniciados la semana pasada en el cementerio de Alcalá del Valle (Cádiz) concluyeron ayer sin el hallazgo de la fosa de la Guerra Civil. El equipo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) inició la exhumación el pasado miércoles y lo único que han encontrado son los restos acumulados de un antiguo osario.

“Son huesos de gente muy mayor, que no tienen signos de violencia, como orificios de proyectil”, explicó a Público el arqueólogo que ha dirigido la intervención, René Pacheco. Los expertos, desplazados hasta Cádiz desde el Bierzo leonés, llegaron a la zona con la intención de localizar los restos de una decena de vecinos asesinados por los golpistas en septiembre de 1936, siendo ya conscientes de que la labor iba a ser compleja: los cambios y las inhumaciones posteriores realizadas en el cementerio podían haber removido la fosa.

“No podemos hablar de fracaso ni de decepción; somos muy cabezones y no nos damos por vencidos; hemos decidido parar ahora pero en cuanto podamos, volveremos a buscar los cuerpos”, aseguró ayer Marco González, coordinador de la exhumación. Para continuar necesitarían levantar al menos dos panteones y requieren, por tanto, de nuevas autorizaciones. Su empeño en encontrar los restos llevó al equipo incluso a ampliar el marco de búsqueda inicialmente acotado. “Los familiares insisten, saben, están seguros de que la fosa está ahí”, añade González.

Sin financiación pública

Esta intervención, en la que ha participado el antropólogo social estadounidense Jonah Rubin, no ha contado con financiación pública. “Eso es precisamente lo que nos ha permitido a nosotros, paradójicamente, trabajar sin el protocolo de la Junta de Andalucía”, añade González.

La asociación critica, por ejemplo, que este protocolo prohíba a cualquier persona acercarse a la fosa mientras se realizan los trabajos. “Una exhumación tiene que respirar, la gente tiene que saber por qué están ahí, por qué fueron arrojados y ese protocolo impide hacer pedagogía, sobre todo con los más jóvenes”, insiste González. “En Andalucía queda mucho por hacer; aquí la represión fue brutal y hay historias horribles”, zanja.

El equipo tenía también previsto exhumar dos fosas más en la zona. En una de ellas, supuestamente hay tres mujeres y cuatro hombres; y en la otra, tres cuerpos. La asociación seguirá recabando información.

Pese a todo, según explican los expertos, los trabajos han servido también para “remover la conciencia en el pueblo”. Muchos familiares –sobrinos, nietos...– se han acercado hasta el lugar todos estos días. “Tenemos una deuda con ellos”, afirman.

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