Este artículo se publicó hace 17 años.
Los expertos extreman la prudencia y rebajan sus previsiones de crecimiento
Las turbulencias financieras de los últimos meses aún no han mostrado sus efectos sobre la economía real, aunque organismos y expertos han optado por extremar la prudencia y se apresuran a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento para España.
Pocos dudan ya de que la economía española cerrará este año con un buen crecimiento, que cifran entre el 3,7 y el 3,9 por ciento -el 3,8 es la previsión oficial del Gobierno-, aunque la incertidumbre empaña las estimaciones que hasta ahora se habían hecho para 2008, un año para el que ya se preveía desaceleración antes de que estallara la crisis de las hipotecas "subprime" estadounidenses.
En esta semana que acaba, el Fondo Monetario Internacional dio un varapalo a España al rebajar siete décimas su anterior previsión de crecimiento, que ahora sitúa en el 2,7 por ciento, además de advertir de que la desaceleración inmobiliaria podría agudizarse y provocar una caída de los precios de la vivienda.
Lejos queda esta previsión de la del 3,3 por ciento que el Ministerio de Economía y Hacienda insiste en defender.
El departamento que dirige Pedro Solbes asegura que su estimación sigue siendo "prudente", y cree que será nulo el efecto directo de la crisis financiera, mientras que los impactos indirectos aún no se han podido calcular.
En esta última cuestión están de acuerdo la mayoría de los expertos consultados por EFE: aún es pronto para conocer las consecuencias que tendrán para la economía real las turbulencias en los mercados internacionales. Aunque eso no quita que prefieran rebajar sus estimaciones.
El Servicio de Estudios del BBVA ha sido el primero en hacerlo, y ha rebajado al 2,8 por ciento su previsión de crecimiento para el próximo año, aunque se muestra optimista sobre la "fortaleza" de la economía española para absorber el shock financiero.
En las próximas semanas, Caixa Catalunya revisará también sus previsiones, y aunque mantendrá el 3,9 por ciento para este año, inevitablemente reducirá su estimación para el que viene, según reconoció el director del Servicio de Estudios de esta entidad, Xavier Segura.
Para Segura, con los "datos empíricos actuales" no se puede decir aún que vaya a haber una desaceleración "muy significativa", y habrá que ver si se recupera la confianza y no se alarga el endurecimiento del crédito.
Este experto, además, resta importancia al efecto que sobre el total de la economía puede tener una caída del sector inmobiliario, y aunque reconoce que restará "algunas décimas" al crecimiento, recuerda que no supone todo el sector de la construcción, que sigue funcionando bien en lo que a obra civil y viviendas de protección oficial se refiere.
Angel Laborda, director de Coyuntura de FUNCAS, considera que más que una caída lo que se va a producir es un "ajuste" de los precios de la vivienda en España, como ya lo demuestran las últimas estadísticas oficiales, que hablan de estabilidad de precios en el último trimestre, aunque recuerda que se trata de un mercado "muy segmentado", por lo que no se puede generalizar.
Frente a quienes apuntan como demasiado pesimistas las previsiones de crecimiento dadas por el FMI para España, Laborda las ve "razonables", e insiste en que no debería saltar la alarma por una "décima más o menos" de aumento del Producto Interior Bruto, porque "lo más honrado" entre economistas sería hablar de "tendencias", y la única clara es la de la desaceleración.
"Igual probabilidad hay de crecer al 2,5 que al 3 por ciento" el año que viene, señala este analista, quien en cualquier caso recuerda que el FMI plantea una recuperación el año que viene, al calcular un crecimiento del 2,9 por ciento en el cuarto trimestre de 2008, lo que significaría que "la fase de desaceleración ha tocado fondo" y la economía española "vuelve a tirar para arriba".
Carlos Maravall, de Analistas Financieros Internacionales (AFI), ve "obvio" que la economía se desacelerará el año que viene por un gasto de los hogares inferior y por una caída de la inversión en vivienda, de incluso cuatro puntos, aunque no se resentiría el resto de la construcción.
Lo que Maravall no ve "por ninguna parte" es la posibilidad de que el Banco Central Europeo comience el año que viene a bajar los tipos de interés, como auguró esta semana el director del Servicio de Estudios del BBVA, José Luis Escrivá.
Angel Laborda opina lo mismo. Una bajada de tipos, en su opinión, no sería "nada buena", porque denotaría que la economía europea estaría "muy mal", y además hay que seguir controlando la inflación, que tiene todos los visos de subir en los próximos meses empujada por el encarecimiento del crudo.
"Estamos en unos tipos normales", dice Laborda, una opinión que comparte Xavier Segura, para quien una política "demasiado relajada de tipos" como la llevada a cabo en los últimos años en Estados Unidos y la Zona Euro ha provocado un exceso de liquidez que no es tampoco positivo.
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