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Una exposición muestra los paralelismos y contrastes en las Colecciones ICO

EFE

Establecer paralelismos y contrastes entre una selección de obras que forman parte de las colecciones Instituto de Crédito Oficial (ICO) es la base de la exposición que abre hoy sus puertas en el Museo Colecciones ICO de Madrid.

Setenta y dos obras, entre pinturas, esculturas, dibujo, fotografía y obra gráfica, de veintidós artistas contemporáneos españoles han sido elegidas, entre las más de seiscientas que forman las colecciones, por el comisario Oscar Alonso Molina, que ha querido plantear una nueva lectura las mismas.

Miquel Barceló, Eduardo Arroyo, Juan Navarro Baldeweg, Jorge Oteiza, Luis Gordillo, Jaume Plensa, Ferrán García Sevilla, Rogelio López Cuenca, Carlos Alcolea, Eva Lootz y Juan Muñoz, entre otros, figuran en un recorrido cuyo hilo conductor es el contraste y el diálogo entre sus obras.

Esta es la tercera vez en que la Fundación ICO ha invitado a un comisario para plantear una nueva mirada de sus colecciones, integradas por los más destacados artistas españoles del siglo XX y XXI.

En "Iluminación de contraste. Obras escogidas de las Colecciones ICO", Óscar Alonso Molina ha hecho un montaje en el que propone al espectador que se convierta en agente activo, buscando construir significados de los trabajos y su ordenación.

"Entre las obras seleccionadas se han privilegiado contrastes no evidentes, a la búsqueda de una mutua iluminación, nacida de acercarlas unas a otras mediante nuevas combinaciones, reagrupamientos, ensayos, tanteos. El sentido de cada trabajo se matiza y enriquece por cuantos le rodean, así como por la situación que ocupa en el recorrido, por lo ya visto, por lo recordado, por la imaginación", explicó el comisario.

En un recorrido didáctico, Óscar Alonso Molina ha querido otorgar al visitante "un papel activo, que sea él quien construya su propia lectura y por ello no hay carteles solo pistas".

Con su propuesta, que trata de llegar al mayor número de personas posible, ha buscado además los "pequeños homenajes que los artistas se hacen entre si, resaltando también los contrastes".

La primera sala está organizada a partir de la pintura rápida y la muy construida. Carlos Alcolea dialoga con Darío Villalba a través de unas obras "que tienen apariencias semejantes, pero formas de construir muy diferentes". En este mismo espacio se muestran las cinco grandes obras que la colección posee de Ferrán García Sevilla que van desde la abstracción a la figuración.

Una de estas piezas, "Poligón", entra en relación con las esculturas y dibujos de Miquel Navarro, "con elementos reconocibles pero tampoco especificados, que dan una lectura abierta a las obras", y con Luis Gordillo, "que trabaja en caliente, haciendo dibujos automáticos que luego va construyendo aumentándolos de escala", se muestran cinco pinturas y cinco dibujos.

Otro de los paralelismos o "iluminaciones" planteados por Óscar Alonso Molina aparece entre las obras de Jorge Barbi, "artista que junto a Cristian Domecq es de los menos atendidos por la historiografía", y las piezas de Adolfo Schlösser.

En una de las salas abiertas del museo se produce "uno de los diálogos más establecidos por la crítica en los años 80", década en la que España aporta grandes artistas.

José María Sicilia dialoga con José Manuel Broto y ambos lo hacen con una figuración como la de Barceló "que está a punto de fundirse con la abstracción. Todos ellos muestran su placer por la materia". También Barceló establece relación con la figuración narrativa de Eduardo Arroyo.

En este recorrido, Eva Lootz, con sus tres dimensiones, se contrapone a Esteban Vicente, con obras en las que prima la mínima materia. Una escultura del artista segoviano parece fuente de inspiración de la pintura "Espejo oscilante", de Cristian Domecq. "Todos estos guiños están pensados para que el público disfrute de la exposición".

El comisario reconoció su dificultad a la hora de seleccionar obras del artista y arquitecto Juan Navarro Baldeweg ya que las colecciones "poseen muchas y todas ellas muy buenas. Al final he decidido que dialogue con si mismo a través de siete piezas, que a su vez lo hacen con dos obras muy arquitectónicas de Juan Muñoz.

El siguiente espacio está dominado por "Oposición de dos diedros", obra de Jorge Oteiza de 1959 "que es una auténtica joya". Junto a ella piezas de "su heredero" artístico Ángel Bados, así como las fotografías de Juan Hidalgo pertenecientes a la serie "Flor y hombre", y las pinturas de Rogelio López Cuenca.

La exposición finaliza con dos pequeñas cámaras dedicadas a Jaume Plensa y Carlos Franco, a las que se accede al traspasar las "cortinas" de palabras del primero de ellos.

Mila Trenas

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