Este artículo se publicó hace 16 años.
Una exposición recorre la vinculación profesional de Josep Carreras con el Liceo
Una muestra que ha transformado el Foyer del Liceu en un moderno espacio expositivo recorre a partir de hoy la trayectoria vital y profesional de Josep Carreras en el Gran Teatro del Liceo, en donde debutó en 1958 como niño cantor a los 12 años con "El Retablo de Maese Pedro", de Manuel de Falla.
Medio siglo después, el tenor ha presentado en el teatro barcelonés que le dio la fama "Josep Carreras, l'home, l'artista", una exposición que se convierte, mediante unas 200 fotografías, un audiovisual y diversos objetos personales en la crónica emocional de su trayectoria.
La exposición estará abierta al público del Liceo y a las visitas guiadas al teatro hasta el 30 de julio y está organizada en torno al recital que Carreras ofrecerá en el teatro de la ópera barcelonés el 17 de junio.
La relación del tenor con el Liceo, "en donde siempre he encontrado afecto", ha dicho Carreras, "es muy clara" desde que fue con su padre vestido de guardia urbano al quinto piso a ver a Renata Tebaldi en "Aída" y ahí "empezó una relación maravillosa con ese teatro", que pasa por su debut como tenor en 1970 y por "todos los 26 personajes que he representado".
En la exposición, un recorte de diario con una noticia titulada "el hijo de un guardia urbano barcelonés debuta con éxito en el Liceo" a los 23 años en "Norma", junto a Montserrat Caballé.
A Carreras le ha costado priorizar algunos de los personajes interpretados, aunque al final ha destacado los de las óperas "l'Elisir d'amore", "Carmen" o "Herodiade", y ha recordado "con afecto tremendo" personas como el tenor Manuel Ausensi o a José Iturbi, que le dirigió en el personaje de Trujamán, en "El retablo de Maese Pedro".
Pero el momento que recrean algunas fotos de la exposición y que Carreras recuerda "con más cariño y emoción personal" fue su reencuentro con el público del Liceo en 1988 después de su recuperación, tras 11 meses de hospitalización, de la leucemia que sufrió.
También la contribución que hizo en 1994, un sábado al mediodía, cantando en plenas Rambles para estar "más presente" socialmente en la reconstrucción del Liceo" tras el incendio que lo devastó.
Tras señalar que un artista tiene "sus inquietudes y todos los proyectos realizados", el tenor ha señalado que en el Liceo "el 99% de todas las propuestas se han hecho" y que ha podido "abarcar un 90% de los personajes".
La ópera "me ha dado muchas satisfacciones", ha dicho Carreras, aunque no tiene ante sí ninguna actuación en este campo, con cuyo director, Joan Matabosch, charla a menudo. Ambos "estamos abiertos a si un día surge algo bueno para los dos".
El periodista Pablo Meléndez-Haddad, comisario de la exposición, ha señalado que la muestra significa "una intervención importante en el Liceo", que es la primera vez que acoge una producción propia de este tipo.
Las personas que la visiten disfrutarán de un recorrido de 30 banderolas con fotografías, trajes de los personajes y un "espacio sentimental" en forma de camerino con objetos muy personales del artista, desde un inhalador hasta las históricas pastillas Juanola, y también una carta de Frank Sinatra agradeciéndole su interpretación de "My Way".
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