Este artículo se publicó hace 16 años.
Una exposición recuerda a 7 diplomáticos españoles que salvaron a 60.000 judíos
La directora de la Casa Sefarad-Israel, Ana Sálomon, y la subsecretaria del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, María Jesús Figa, han presentado hoy una exposición que conmemora la actuación de siete diplomáticos españoles que salvaron la vida de unos 60.000 judíos durante el régimen nazi.
La exposición está colocada dentro de la estación de Metro de Nuevos Ministerios de Madrid, al que Sálomon se ha referido como un lugar que "simbólicamente tiene una relación clara con el sufrimiento de las víctimas del Holocausto", en alusión a los trenes y convoyes que transportaban a los judíos a los campos de exterminio.
La subsecretaria, por su parte, ha indicado que la idea partió de una propuesta del ex presidente israelí Isaac Navón al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para quien este proyecto tiene "su mayor interés y su mayor estima", en palabras de María Jesús Figa.
Los diplomáticos españoles actuaron bajo la indiferencia del régimen franquista y desde las embajadas de París, Atenas, Sofía Bucarest y Berlín, y cuatro de ellos -Ángel Sanz Briz, Jorge Perlasca, José Ruiz Santaella y Eduardo Propper de Callejón- han sido distinguidos con el título de "Justo entre las Naciones" por la institución israelí Yad Vashem.
La hija de Sanz Briz, Paloma, ha asistido a la inauguración y ha recordado que su padre estaba "muy orgulloso" de sus acciones, aunque los reconocimientos oficiales no llegaron hasta después de su muerte, porque España no tenía relaciones con Israel, y sólo pudo disfrutar de los reconocimientos "a título personal".
Sanz Briz salvó, desde su puesto de diplomático en Hungría, a casi 5.000 judíos, distribuyendo visados y pasaportes españoles y estableciendo como parte de la embajada un edificio en el que vivían varios miles de judíos, una acción que, según ha declarado Paloma Sanz-Briz, fue "ignorada al principio y utilizada" más tarde por el régimen.
La directora de la Casa Sefarad-Israel ha señalado también que la exposición contiene un material "realmente conmovedor" y ha citado las palabras de la investigadora Yessica San Román, para la cual "desgraciadamente, los sentimientos no se pueden reproducir en una exposición, sólo dar una impresión de lo que los entrevistados vivieron".
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