Este artículo se publicó hace 16 años.
Una exposición recupera la memoria de los relieves poéticos de Salvador Victoria
Los Relieves Poéticos que Salvador Victoria (1928-1994) comenzó a pintar cuando regresó a España en 1965, las obras menos conocidas de este reconocido artista de la vanguardia abstracta de 1950, han sido recuperados en una exposición con la que la Galería Edurne, sus amigos y su viuda celebran su 80 aniversario.
Un grabado de una de las obras expuestas recordará también este aniversario: es uno de los tres "Collage" en temple sobre cartón que se expusieron en Edurne entre 1965 y 1968, y del que se han editado ahora 150 ejemplares bajo la supervisión de su viuda, Marie Claire Decay, y de Jesús Cámara, Director del Museo Salvador Victoria de la villa de Rubielos de Mora (Teruel), donde nació el pintor.
Han querido rememorar así el regreso a Madrid después de su estancia en París de Salvador Victoria, perteneciente a "una generación irrepetible -ha manifestado a Efe Jesús Cámara-, la de la vanguardia de los 50, que trajo a la España oscura de aquellos años el pensamiento libre y el aire del arte nuevo de la vanguardia que llegaba desde Nueva York y desde Europa".
Pero sobre todo han querido redescubrir estos "Relieves Poéticos" que han estado durante años en el estudio del artista y que, pasado el tiempo, aparecen como un conjunto lleno de "belleza y exquisitez" de valor esencial, obras de una etapa en la que experimentó el relieve buscando la profundidad, intentando hacer real las tres dimensiones con cartulinas recortadas y plegadas, encoladas a tabla y pintadas al temple.
Marie Claire Decay, su viuda, ha sido la persona imprescindible en esta recuperación de obras, tres de ellas con el sello de tinta roja de cuando se expusieron en Edurne y otras tres inéditas que se han enmarcado por primera vez.
Al ver las obras colgadas recordó emocionada su llegada a España con Salvador Victoria, la vida con los amigos en aquellos años, Lucio Muñoz, Sempere...
"Son obras muy elaboradas, muy pensadas, Salvador hacía muchos bocetos, ha sido siempre un pintor muy intelectual. Son cuadros muy sugerentes, muy exquisitos, muy diferentes a los de las grandes manchas de color -negros, grises, bermellón- de la etapa informalista de París, como los que están en el Reina Sofia".
"Y son, sin duda, el arranque de su pintura metafísica, con ese sentido de la búsqueda de la perfección, que le lleva a las formas circulares. Pienso que son paisajes mentales porque en esta época redescubrió España, después de tantos años fuera, este país tan poco verde y tan distinto de Francia, las extensiones de tierra sin nada, que, como dijo muchas veces, vio a través de mis ojos, y que tanto me gustaban. Pero seguro que él veía mas allá".
Los "paisajes mentales" creados con los pliegues que se elevan y descienden en un recorrido de infinitud, unificados y enriquecidos con los colores de las veladuras de la pintura al temple, nos hablan del insondable misterio del universo y nos anuncian las obras metafísicas del final de su vida, en los años 90, por las que es más conocido, las esferas suspendidas en un espacio lleno de luminosidad.
Las esferas en las que el pintor Canogar ha visto "mundos silenciosos y sagrados, donde el disco, como símbolo y representación astral, representa la búsqueda de un orden superior, un paisaje mental, abstracto".
Los "Relieves poéticos" llenarán hasta finales de abril las paredes blancas de la vivienda antigua en la que está la prestigiosa galería Edurne, decana de las de Madrid.
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