Enrique Romojaro, un estudiante toledano de Erasmus en L'Aquila afectado por el terremoto que esta madrugada ha sacudido la región de Los Abruzos (centro de Italia), ha relatado a Efe el caos vivido tras el seísmo, que derribó parte del edificio en el que vivía.

'La fachada se había caído; cogí lo que pude y salí', ha explicado Enrique, estudiante de quinto de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, que en estos momentos viaja con el resto de estudiantes españoles afectados por el seísmo en un autobús dispuesto por el Consulado español en Nápoles con destino al aeropuerto romano de Fiumicino.

Según ha relatado en una conversación telefónica, a las 3.40 horas 'empezó a moverse todo, las cosas se caían, todo temblaba y todo el mundo se echó a la calle, muchos en pijama'.

'Habíamos sentido por lo menos siete temblores pequeños antes, pero este fue enorme. Y cada minuto había una réplica', dice Enrique.

Él, que pasaba la noche en una casa que no era la suya, llamó por teléfono a sus compañeros de piso para comprobar que estaban bien y se dirigió hacia allí.

Al llegar vio que parte de la fachada del edificio se había derrumbado, pero aún así subió a su cuarto, situado en el segundo piso, para coger sus pertenencias. Enrique y sus compañeros han pasado el resto de la noche en el aparcamiento de un centro comercial ligeramente apartado de la ciudad. 'Por la mañana, hemos salido a la calle y es cuando hemos visto que había zonas totalmente destrozadas. Y eso que no hemos subido al centro, que es donde está lo peor', añade.

Ahora, viaja con el resto de los estudiantes españoles 'y algunos extranjeros' hacia Roma, desde donde volará a España. 'Lo que no sé es que va a pasar con otros compañeros, porque hay gente que no ha podido coger el pasaporte; vamos, hay gente que está en pijama', plantea el estudiante toledano, al que le quedaban tres meses de beca en L'Aquila.