Este artículo se publicó hace 13 años.
Faltan pruebas utilidad de mayoría tratamientos para el autismo
Por Genevra Pittman
Cuando se trata de tratar elautismo, aún quedan más preguntas que respuestas.
Así lo revelan varias revisiones publicadas en Pediatricsde estudios publicados sobre la efectividad de los fármacos olas terapias conductuales y del desarrollo que se utilizan enlos niños con trastornos del espectro autista.
Padres, médicos y el sistema escolar "quedan en el lugar detener que tomar decisiones sobre los servicios más adecuados"para los niños autistas, comentó Zachary Warren, coautor de lainvestigación.
"Quisiéramos contar con una base de pruebas que permitieratomar decisiones según cómo los niños responderían adeterminadas intervenciones", dijo Warren, que dirige laClínica de Autismo de la Vanderbilt University, Nashville.
Agregó que la mayoría de los tratamientos carece de pruebascientíficas de su utilidad.
Casi el uno por ciento de los niños de Estados Unidos tieneun trastorno del espectro autista, que incluye el autismo y elsíndrome de Asperger. La mayoría recibe terapia conductualdesde los primeros años y muchos reciben varios tipos deterapias o fármacos mientras crecen.
El equipo de Warren reunió datos de todos los estudiospublicados en la última década sobre la efectividad dedistintos fármacos y terapias para reducir los síntomas delautismo.
El hallazgo más convincente fue determinar que lasecretina, una hormona que también se usa para tratar úlcerasestomacales, no ayuda a los niños autistas.
Esa es la conclusión de los resultados de siete estudiosque habían hallado que el fármaco no mejoraba el lenguaje, lascapacidades cognitivas ni otros síntomas del autismo.
Los autores hallaron también una falta de pruebassuficientes como para confirmar que los antidepresivos comoProzac y Celexa o el estimulante Ritalin ayudan a estos niños.
Hubo alguna evidencia de que Risperdal y Abilify reduciríanlas conductas repetitivas. Pero dado que ambos fármacos tienenefectos adversos, como temblores musculares y somnolencia, losautores sugieren limitar su uso a niños muy discapacitados porel autismo.
El doctor Bryan King, director del Seattle Children'sAutism Center, comentó que el 70 por ciento de los niñosautistas recibe algún medicamento. "Para mí, el mensaje es lasorprendente disparidad entre los tratamientos que utilizamos yla cantidad de niños que los reciben, y la fuerza de la pruebaque respaldan esas prácticas", dijo King, ajeno al estudio.
Es "difícil conciliar" la popularidad de esos fármacos conla falta de información sobre su efectividad, dijo, perocarecer de evidencias suficientes no quiere decir que losremedios no funcionen.
El equipo concluyó que la terapia conductual intensiva o eltratamiento conductual iniciado muy precozmente había logradoque algunos niños mejoraran las capacidades cognitivas y dellenguaje, así como la interacción con los demás.
Pero es difícil saber qué niños son los que más se puedenbeneficiar con esas terapias.
King opinó que es hora de "redoblar los esfuerzos" paraobtener más pruebas concluyentes de las opciones terapéuticasposibles.
La investigación "destaca que necesitamos con urgencianuevos y mejores tratamientos, además de aumentar nuestrosconocimientos sobre la efectividad de los tratamientosdisponibles en cada pacientes y sus familias", dijo Warren.
FUENTE: Pediatrics, online 4 de abril del 2011.
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