Este artículo se publicó hace 13 años.
La familia Ruiz-Mateos para las máquinas en Clesa y la aboca al cierre total
La antigua fábrica de Clesa Lácteos de Madrid, con cerca de 300 trabajadores bajo un expediente temporal de empleo (ERE) parece, ahora más que nunca, tener los días contados
La antigua fábrica de Clesa Lácteos de Madrid, con cerca de 300 trabajadores bajo un expediente temporal de empleo (ERE) parece, ahora más que nunca, tener los días contados. La familia Ruiz-Mateos, propietaria de Clesa, no paga el recibo de la luz. Esta situación podría llevar a la compañía eléctrica a cortar el suministro, según los Ruiz-Mateos. De ser así, confirman fuentes de los trabajadores, se correría el riesgo de que se produjese una fuga de amoníaco de los sistemas de refrigeración de la planta, situada en las cercanías de un hospital. Solución: los gestores decidieron enviar ayer un camión a la fábrica para sacar el amoníaco y detener las máquinas.
El problema de optar por esta solución en lugar de alcanzar un acuerdo con la compañía eléctrica mientras se resuelve la solicitud de concurso de Clesa, según las citadas fuentes de los trabajadores, es que será muy complicado que se vuelva a permitir la vuelta del amoníaco para poner en marcha las máquinas. Fábricas con sistemas de refrigeración similares, como las de cerveza, utilizan ya en su mayoría máquinas con un fluído mezcla de amoníaco y glicol, mucho menos peligroso.
Sacar el amoníaco se consideró el mal menor una vez que el juez del Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid denegó las medidas cautelares solicitadas por los Ruiz-Mateos para impedir que se cortase el suministro de la luz y del teléfono en Clesa. Esta fue al menos la explicación que se dio a los trabajadores cuando se encontraron con el camión para extraer el amoníaco a las puertas de la planta. Fuentes sindicales criticaron no haber sido informadas antes de la decisión del juzgado de denegar las cautelares, confirmada a este periódico por fuentes jurídicas. El juez ha decidido que no tomará esta decisión por separado, aunque así les fue solicitado por los propietarios del entramado Nueva Rumasa.
Las citadas fuentes jurídicas creen que el juzgado número seis dará a conocer la próxima semana su decisión sobre el concurso de Clesa. Este se ha retrasado con respecto al del resto de las empresas de Nueva Rumasa, en primer lugar, porque los Ruiz-Mateos intentaron que se admitiese a trámite en el juzgado de Pontevedra pese a tener la sede social en Madrid y, en segundo lugar, por la gran cantidad de documentación que ha sido solicitada por el juez para decidir.
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