Este artículo se publicó hace 13 años.
La FAO advierte de otro récord del precio de los alimentos
La gasolina bate un nuevo máximo histórico al tocar los 1,31 euros por litro
Una posible crisis alimentaria mundial sigue llamando a las puertas de los países más pobres. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés), los precios de los alimentos volvieron a alcanzar un nuevo récord mundial en el mes de febrero, y la tendencia no parece que vaya a remitir en los próximos meses.
El índice con el que la FAO sigue el precio de los alimentos subió por octavo mes consecutivo en febrero, con un incremento del 2,2% respecto a enero, hasta tocar así su nivel más alto tanto en términos reales como nominales desde que se creó el índice en 1990. La organización calcula los precios internacionales de una canasta de productos con cinco grupos básicos (carne, productos lácteos, azúcar, cereales, aceites y grasas).
El buen suministro del arroz diferencia esta crisis de las anteriores
Sólo el azúcar se libró de las alzas el pasado mes, pero, tal y como explica uno de los economistas de la institución, Abdolreza Abbassian, se debe precisamente a que había sido una de las materias primas que más había subido en los meses anteriores (ver gráfico). La concentración de su producción en algunos mercados, especialmente Brasil, y su utilización para biocarburantes, como el etanol, han presionado al alza su precio durante los últimos meses.
Los productos lácteos y los cereales fueron los alimentos que más subieron el pasado mes, con alzas del 4% y del 3,7%.
El terremoto de Nueva Zelanda, uno de los mayores exportadores de leche, ha sido uno de los catalizadores de las subidas de precios en febrero, aunque el índice que sigue exclusivamente estos productos aún está por debajo de su récord histórico, que tocó en noviembre de 2007.
El terremoto de Nueva Zelanda disparó el precio de los lácteos
En cuanto a los cereales, la base de la pirámide de alimentación de miles de millones de personas en el mundo, la carestía de maíz en los mercados impulsó su precio el pasado mes, frente a un ligero descenso del arroz. Desde la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señalan que precisamente este buen comportamiento del arroz, que se mantuvo estable durante el pasado año gracias a las buenas cosechas de este cereal, restan gravedad a la situación en cuanto al peligro de la formación de posibles hambrunas en el Tercer Mundo. "Es importante dejar claro que no hay ni va a haber problemas en el suministro del arroz a corto plazo. Los gobiernos tienen que tener esta certidumbre para no tomar políticas equivocadas con este producto, como comprar masivamente o cerrar los mercados, lo que terminaría creando un problema que ahora no existe", señala una fuente de la OCDE que prefiere no ser identificada.
Por su parte, los precios de la carne están en su máximo histórico pero este factor preocupa menos a los expertos ya que su influencia en los países en desarrollo, donde apenas ha penetrado su consumo, es muy escaso.
La influencia del combustibleLa fuerte subida del precio del petróleo se alía con la subida del precio de los alimentos, que están bajo la presión de una demanda cada vez más exigente por parte de los países emergentes. En España, la crisis Libia y la inestabilidad en varios países productores que ha contribuido a que el precio del crudo se duplique respecto al de hace un año ya ha llegado a los surtidores. El litro de gasolina ha batido un nuevo máximo histórico, al venderse a una media de 1,308 euros por litro, tras encarecerse un 1,8% en sólo una semana. El anterior récord (1,285 euros) fue el pasado 17 de enero.
Según los datos publicados ayer por Bruselas, correspondientes a la semana pasada, el litro de gasóleo (el carburante más consumido en España) se ha encarecido otro 1,6%, hasta una media de 1,267 euros. No obstante, aún está lejos de su máximo (1,329 euros por litro), que data de julio de 2008, cuando el precio del barril de Brent de referencia para Europa tocó su techo (147 dólares). Las petroleras justifican los niveles actuales de precios (114 dólares) por la depreciación del euro frente al dólar.
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